Amy Acosta, una destacada empresaria inmobiliaria, comparte su inspiradora trayectoria desde sus inicios hasta su consolidación en el sector inmobiliario. Con una formación inicial en nutrición, Amy encontró su verdadera pasión en la venta de propiedades.
Amy comenzó su carrera profesional como licenciada en nutrición, trabajando en el sector público durante tres años. Sin embargo, no se sentía realizada en su profesión. Decidió renunciar y dedicarse a ser ama de casa por un tiempo, buscando un equilibrio entre el trabajo y el cuidado de su hijo pequeño. Sin embargo, al poco tiempo se sintio con la necesidad de trabajar de nuevo. Buscaba un trabajo que le permitiera llevar a su hijo al colegio y tener tiempo para compartir con él. La flexibilidad de horario y la posibilidad de no tener un techo salarial fueron factores cruciales para su cambio de rumbo.
Con el apoyo de su familia, Amy empezó a explorar el sector inmobiliario. Habló con una amiga que tenía una inmobiliaria tradicional y luego visitó otras empresas para ver qué ofrecían. Aunque inicialmente le pareció un desafío una propuesta que requería pagar mensualmente un fee, sus familiares la animaron a intentarlo. Amy comenzó con mucho entusiasmo y determinación, contactando con otras inmobiliarias, aprendiendo y adaptándose rápidamente al nuevo ambiente.
En el 2016, se embarcó en su nueva carrera con una actitud proactiva, tratando de conocer gente, salir y recorrer propiedades. Se enfocó en Asunción y se rodeó de personas exitosas en el sector, tomando ejemplo de ellas para aprender y mejorar.
A partir del cuarto mes, Amy comenzó a tener ventas. Invirtió en publicidad y capacitación, siendo una de las primeras agentes inmobiliarios en pautar en redes sociales. Asistió a un curso en Estados Unidos donde aprendió la importancia de invertir en pautas publicitarias y aun recuerda la frase: “El que no paga, juega”. Esto le generó un montón de leads y llevó su página de Facebook a tener 25,000 seguidores en poco tiempo.
Amy recuerda su primera venta exitosa: dos departamentos de AZ Inversiones. Al primer cliente ya le había mostrado otro proyecto, pero no le había interesado. Sin embargo, el cliente le pidió que le enviara un correo si tenía otro proyecto en la zona. Al mismo tiempo, envió otro correo a un cliente que la había contactado por redes sociales. Ambos clientes asistieron a la misma presentación del proyecto y ambos reservaron departamentos.
Esa venta fue un punto de inflexión, demostrando que había tomado la decisión correcta al cambiar de carrera. Su broker le hizo ver que estaba ganando en un mes lo que habría ganado en un año como nutricionista, lo cual reafirmó su convicción de que podía tener éxito en este nuevo campo.
Para Amy, la transparencia y la empatía son esenciales en el sector inmobiliario. Considera que es fundamental ser honesto y pensar en el bienestar del cliente, dado que muchas veces están invirtiendo los ahorros de toda su vida. Además, destaca la importancia de rodearse de personas con experiencia que puedan enseñar y guiar.
A lo largo de su carrera, Amy ha participado en varios cursos y programas que han sido fundamentales para su desarrollo profesional. Uno de los más destacados fue el programa diplomado de Diego Soler, que marcó un antes y un después en su carrera. Además, Amy ha realizado varios viajes de trabajo que le han permitido conocer otras realidades y tendencias en el sector inmobiliario alrededor del mundo. Recientemente, participó en un recorrido con KW en Argentina, donde exploró Nordelta y otros barrios cerrados con tecnología Crystal Lagoons. Estas experiencias le han permitido vislumbrar el futuro de los desarrollos inmobiliarios y le han proporcionado una visión más amplia y enriquecedora del sector.
Uno de los logros más destacados de Amy fue ayudar a una pareja desesperada a vender su apartamento en tiempo récord, asegurando así sus ahorros. Esta transacción es especialmente significativa para ella, no por el monto involucrado, sino por el impacto personal que tuvo. La pareja estaba en una situación crítica, enfrentando la posibilidad de perder su apartamento debido a plazos contractuales estrictos. Amy tomó la tarea como un desafío personal y logró vender la propiedad en 30 días, salvando así los ahorros de toda la vida de esa familia. Este tipo de experiencias personales le dieron una enorme satisfacción y reafirmó su compromiso con sus clientes.
Amy también enfatiza la necesidad de estar bien informado y preparado en un mercado competitivo. Hoy en día, el cliente viene con toda la información, por lo que uno debe conocer bien el producto y la competencia. Además, considera que no hay que enfocarse en cuánto se va a ganar, sino en acumular reservas de trabajo pendiente y mantener una ética sólida, cediendo comisiones cuando es necesario por respeto a otros agentes.
Amy ha visto una evolución significativa en su carrera y en la industria inmobiliaria. Hoy en día, hay mucha competencia y el agente debe estar mucho más informado. En el futuro, Amy planea mantener un equipo pequeño y manejar más desarrollos inmobiliarios con exclusividad, además de incursionar en el desarrollo de proyectos inmobiliarios, especialmente en barrios cerrados.
La historia de Amy Acosta es un ejemplo inspirador de cómo la determinación, el aprendizaje constante y un enfoque ético pueden llevar al éxito en cualquier campo. De ser una nutricionista, Amy se ha convertido en una destacada empresaria inmobiliaria, demostrando que con la actitud correcta y la capacitación adecuada, es posible reinventarse y triunfar. Su mayor logro profesional, según ella, es haber logrado la independencia y poder elegir su propio camino, trabajando con ética y dedicación para ayudar a sus clientes locales y extranjeros a encontrar su inversión ideal.