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Terrazas Malibú: Residencias en El Delta con Vista a la Laguna

  • Foto del escritor: Carlos E. Gimenez
    Carlos E. Gimenez
  • hace 1 hora
  • 5 Min. de lectura

Conformado por treinta residencias, Terrazas Malibú se integra de manera armónica al masterplan de El Delta, aprovechando la topografía natural y las lagunas para plantear un modelo habitacional que redefine la manera en que la arquitectura dialoga con el paisaje.


Terrazas Malibú

Dentro de El Delta, uno de los emprendimientos urbanísticos más ambiciosos del país, surge Terrazas Malibú, un conjunto de treinta residencias que lleva al máximo la idea de vivir frente al agua. La propuesta se apoya en la topografía de su ubicación, aprovechando sus desniveles naturales para transformarlos en parte esencial de la experiencia de habitar. En lugar de nivelar el terreno, la arquitectura lo incorpora y lo convierte en un elemento que define la identidad de cada vivienda: casas que se apoyan suavemente sobre la pendiente, se abren hacia la laguna y establecen una continuidad visual con el horizonte. La vida cotidiana se organiza así en permanente diálogo con el agua, en un juego de alturas y perspectivas que refuerzan la sensación de integración entre interior y exterior.



Su propuesta se articula en torno a la idea de “casa-mirador”, en la que cada ambiente principal y secundario de la vivienda dialoga visualmente con la laguna, ya sea a través de ventanales de piso a techo, expansiones hacia quinchos en planta baja o balcones elevados en los dormitorios. De este modo, la arquitectura no se limita a resolver un programa funcional, sino que traduce en forma construida la experiencia de vivir junto al agua. El recurso de las terrazas escalonadas refuerza esta sensación: al ingresar en un nivel intermedio, el recorrido fluye hacia los espacios sociales, que se ubican en un plano más cercano al espejo de agua, mientras que los dormitorios se proyectan hacia arriba, buscando privacidad sin perder las vistas abiertas.


Terrazas Malibu Fachada

El complejo se compone de dos tipologías muy similares en su concepción, diferenciadas únicamente por una expansión en el área del quincho. La tipología A cuenta con 515 metros cuadrados y la B con 530 metros cuadrados, con diez unidades en la primera y veinte en la segunda. Todas las casas se entregarán terminadas, con baños y cocinas concluidos, mobiliario fijo instalado y terminaciones de alta gama, lo que implica para el comprador desligarse del proceso de obra y acceder directamente a una vivienda lista para habitar. La lógica es distinta a la de la compra de un lote, donde el propietario debe cumplir con plazos de construcción definidos; aquí la propuesta está resuelta de inicio a fin, lo que garantiza un estándar arquitectónico homogéneo y coherente con la identidad del conjunto.


Cada unidad incluye una piscina frente a la laguna, cocheras para cuatro vehículos, estar, comedor, cocina y áreas de servicio en planta baja, además de dos habitaciones en suite en planta alta que se distribuyen con generosidad y que encuentran su punto culminante en la master suite, aislada por una doble altura que acentúa la sensación de amplitud. El diseño interior y exterior se unifica mediante grandes paños vidriados que enmarcan el paisaje, un recurso que convierte al agua en parte integral de la vida cotidiana.



El rasgo que distingue Terrazas Malibú está en el terreno mismo. Este sector presenta un desnivel pronunciado que los arquitectos aprovecharon como un recurso clave para el diseño. El acceso se plantea en un nivel intermedio que luego desciende hacia el área social, de modo que el estar, el comedor y la expansión del quincho quedan más próximos al agua. Esta disposición genera una relación visual y espacial mucho más intensa con la laguna: al bajar, el habitante se siente al borde del espejo de agua, lo que intensifica la integración entre interior y exterior. Asi, la topografía se convierte en el elemento que define la identidad del conjunto, dotando a cada vivienda de una implantación singular dentro del barrio y reforzando la idea de casa-mirador.


Otro aspecto que refuerza su singularidad es la pasarela peatonal exclusiva para los residentes, que recorre más de un kilómetro a nivel del agua y enlaza todas las casas, generando una experiencia de contacto directo con el entorno. Este sendero, junto con los jardines y expansiones privadas, refuerza el carácter de barrio dentro del barrio, una unidad cerrada y contenida en sí misma que, al mismo tiempo. Los propietarios tendrán acceso al clubhouse, las áreas deportivas y los servicios comunes, sumando a la privacidad del conjunto una oferta compartida de infraestructura y actividades.


El proceso de desarrollo se encuentra en etapa de preventa, con inicio de obras previsto para los próximos meses y un plazo de construcción de veinticuatro meses. El precio de las unidades ronda los seiscientos cincuenta mil dólares, lo que las coloca en un segmento de alta gama dentro del mercado local, pero al mismo tiempo en una posición competitiva frente a la alternativa de comprar un lote y afrontar de manera independiente la construcción de la vivienda. Aquí la diferencia radica en que la inversión se traduce en una casa terminada, dentro de un entorno planificado, con seguridad permanente y con una propuesta de vida junto al agua difícil de replicar en otras zonas.



La ubicación de Terrazas Malibú dentro de El Delta es otro de sus factores clave. El desarrollo, que abarca 1.600 hectáreas entre el Puente Remanso y el Puente Héroes del Chaco, está concebido como una ciudad planificada en la que conviven barrios residenciales, edificios corporativos, centros comerciales y amplios espacios naturales. La escala del masterplan, diseñada por la firma internacional BMA junto con Solaria City Makers, asegura coherencia en cada intervención y previsibilidad para cada propietario, que invierte sabiendo que el entorno crecerá bajo lineamientos definidos.


En este contexto, Terrazas Malibú representa una pieza clave: no se trata de un conjunto aislado, sino de un desarrollo que se inserta en una trama mayor, con un centro de negocios, un futuro centro comercial, áreas multideportivas y marinas náuticas. Esta visión integral hace que la propuesta no solo se mida por la calidad de sus viviendas, sino también por la calidad de vida que ofrece: la posibilidad de terminar la jornada laboral y salir a caminar por senderos junto al agua, de practicar deportes en instalaciones cercanas, de hacer las compras dentro del mismo barrio o de disfrutar de una vida de comunidad en un entorno seguro y planificado.


El Delta
El Delta

Terrazas Malibú fue diseñado por NOU Arquitectos, estudio fundado en 2009 y reconocido por una arquitectura conceptual que va más allá de resolver las necesidades del usuario, abordando cada proyecto como un espacio de experimentación y exploración de los elementos esenciales del diseño. Con una trayectoria que abarca desarrollos residenciales, corporativos, comerciales, hoteleros e industriales, tanto en Paraguay como en el exterior, la firma ha consolidado un enfoque versátil pero coherente, guiado siempre por la búsqueda de identidad y sentido de pertenencia en cada obra.


El diferencial de Terrazas Malibú está, en definitiva, en conjugar tres elementos: un diseño arquitectónico que aprovecha el terreno y multiplica las vistas, una integración urbana dentro de un masterplan de escala regional, y una propuesta de valor que libera al comprador de las complejidades de la construcción. En un mercado donde la tendencia todavía se inclina por el modelo de lote y obra, proyectos como este marcan un cambio de paradigma y consolidan la idea de que la vivienda, además de un espacio privado, puede ser también una extensión del paisaje y de la ciudad planificada.



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