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ACIP: Una Década Forjando el Camino hacia la Profesionalización del Mercado Inmobiliario Paraguayo

  • Foto del escritor: Carlos E. Gimenez
    Carlos E. Gimenez
  • hace 2 días
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: hace 1 día

ACIP cumple una década marcando la agenda del corretaje inmobiliario en Paraguay, con el impulso de un MLS propio y el debate de una ley que ordene y profesionalice la actividad.


Agentes Inmobiliarios Paraguay

La Asociación de Corredores Inmobiliarios del Paraguay (ACIP) celebra este 2025 una década de existencia, consolidándose como una de las principales entidades de referencia en el proceso de organización y profesionalización del sector inmobiliario local. Nacida en un contexto en el que la actividad se desarrollaba de manera dispersa y muchas veces sostenida únicamente en vínculos sociales o personales, la ACIP surgió como respuesta a una necesidad concreta: dotar de respaldo institucional a los asesores inmobiliarios y sentar las bases para avanzar hacia una legislación específica de corretaje, una figura que ya funcionaba en mercados más desarrollados de la región y del mundo.


Desde sus inicios, la asociación tuvo un claro objetivo: dar un norte a la actividad inmobiliaria. Su primera presidenta, Yamili Jara —hoy vicepresidenta— fue parte del grupo fundador que puso en marcha este proceso. Una década después, bajo la presidencia de Daniel Ortiz, la entidad combina experiencia y renovación, manteniendo viva la esencia con la que fue creada, pero incorporando nuevas ideas y desafíos. El Día del Corredor Inmobiliario, que coincide con la fecha de fundación de la ACIP, se ha convertido en una jornada de encuentro anual para los profesionales del sector. Este año, la celebración se realizó en el rooftop del Hotel TRYP, con una marcada presencia de franquicias y empresas que ven en la asociación un espacio clave para el diálogo sobre el futuro del negocio.


Daniel Ortiz Sky One
Daniel Ortiz - Presidente de la ACIP

Uno de los retos estructurales que enfrenta el mercado inmobiliario paraguayo es la falta de un sistema de información compartido. La multiplicación de publicaciones duplicadas o triplicadas en distintos portales genera confusión y dificulta obtener datos confiables sobre el estado real de la oferta. El caso paradigmático es el de portales inmobiliarios, donde una misma propiedad puede aparecer listada diez veces, lo que distorsiona los precios de referencia y desalienta la transparencia.


En mercados más maduros, esta problemática se resolvió con el Multiple Listing Service (MLS), un sistema colaborativo en el que diferentes agentes y empresas inmobiliarias cargan su inventario en una plataforma común, ordenada y estandarizada. El MLS no solo evita duplicaciones, sino que permite construir bases de datos sólidas, generar estadísticas confiables y facilitar el networking entre profesionales.


Consciente de esa necesidad, la ACIP impulsó una alianza con el Grupo ITTI, perteneciente al Grupo Vázquez, propietario también de Ueno Bank. La experiencia de esta firma en el desarrollo de soluciones tecnológicas para el sector financiero y de datos convirtió a ITTI en un socio estratégico para dar el salto hacia un MLS paraguayo. El proyecto contempla el uso de herramientas como Place Analyzer, que mediante inteligencia artificial permite realizar análisis comparativos de mercado, optimizando la toma de decisiones.


La visión de la ACIP es clara: crear un MLS que no sea exclusivo para sus miembros, sino que se convierta en un ecosistema abierto, capaz de integrar a otras cámaras, franquicias y eventualmente a terceros interesados. El objetivo no es levantar barreras, sino construir puentes que faciliten un trabajo más ordenado y colaborativo. Si bien el proceso es complejo y lleva tiempo, la meta es que hacia finales de 2025 se pueda contar con un marco claro para que el sistema esté operativo en 2026.


El otro gran eje sobre el que trabaja la ACIP es la creación de una ley de corretaje inmobiliario, un marco normativo que permita ordenar y profesionalizar la actividad. A diferencia de lo que ocurre en otros países de la región y del mundo, Paraguay no cuenta actualmente con una legislación que regule el ejercicio de la intermediación inmobiliaria. Esto significa que cualquier persona, sin formación específica ni requisitos previos, puede autodenominarse asesor inmobiliario y operar en el mercado, lo que genera un vacío considerable tanto para los profesionales que trabajan con seriedad como para los propietarios e inversionistas que esperan garantías mínimas. La falta de parámetros también impacta directamente en la credibilidad del sector, ya que no existen instancias claras donde los clientes puedan presentar reclamos o validar la trayectoria de un corredor.


En mercados vecinos, la situación es muy distinta. En Argentina, por ejemplo, el corretaje está regulado como una carrera universitaria de al menos tres años, con la exigencia de matrícula habilitante y colegiación obligatoria. En Estados Unidos, el sistema es todavía más exigente: se requieren dos años de formación inicial, a lo que se suman renovaciones periódicas que garantizan la actualización constante de los agentes. Estas regulaciones aseguran que el consumidor final tenga al frente a profesionales debidamente preparados, con conocimientos jurídicos, técnicos y comerciales que reducen riesgos en operaciones muchas veces millonarias. La ausencia de este tipo de exigencias en Paraguay deja a los clientes en un terreno incierto y, en un contexto de creciente llegada de capital extranjero, se convierte en un factor que puede desalentar inversiones.


Consciente de este escenario, la ACIP viene impulsando desde hace varios años la redacción de un borrador de ley que sirva como punto de partida para el debate nacional. Este proyecto ya atravesó distintas etapas de discusión con abogados, expertos en derecho corporativo, representantes de otras cámaras y sectores vinculados, buscando un equilibrio entre las necesidades del mercado y las particularidades del marco jurídico paraguayo. El texto que se ha ido madurando apunta a cubrir tres frentes fundamentales: primero, establecer un registro oficial de asesores inmobiliarios que otorgue credenciales claras y permita identificar a los profesionales habilitados, con consecuencias legales en casos de incumplimiento. Segundo, fijar parámetros básicos para la percepción de comisiones, asegurando reglas de juego claras. Y tercero, brindar mayor seguridad jurídica a todas las partes involucradas, especialmente a los inversionistas extranjeros que hoy carecen de instancias de respaldo en caso de conflictos o incumplimientos contractuales.


El debate, sin embargo, no está exento de complejidad. Una ley de corretaje inmobiliario no solo impacta en los corredores y asesores, sino que también puede rozar intereses de desarrolladores, constructoras, loteadoras y hasta entidades financieras. Además, existe el desafío de no repetir errores que se dieron en otros países, donde normativas excesivamente rígidas terminaron limitando la entrada de nuevos actores. La ACIP sostiene que la futura ley debe ser pro-mercado y no proteccionista. El objetivo es crear condiciones claras y justas, pero sin levantar barreras artificiales que vayan a contramano de la política nacional de atracción de capitales.


La búsqueda, por tanto, se centra en un delicado equilibrio: garantizar profesionalización, transparencia y seguridad jurídica, pero manteniendo un marco flexible que favorezca la competitividad del mercado paraguayo. Se trata de construir reglas que eleven el nivel de la profesión sin desalentar el dinamismo que ha caracterizado al sector en los últimos años. En palabras de sus impulsores, la idea es dotar al mercado de herramientas modernas que respalden tanto a los corredores como a los clientes finales, reforzando la credibilidad del rubro y sentando las bases para un crecimiento sostenido y ordenado.


En este proceso de maduración, un actor emergente ha sido el sistema educativo. Universidades y centros de formación han comenzado a ofrecer diplomados y programas especializados en corretaje e inversión inmobiliaria. Este interés académico refleja que la demanda de capacitación existe y está creciendo, y que el mercado empieza a valorar la profesionalización como un atributo indispensable.


La ACIP reconoce este fenómeno como un signo positivo: que el mundo académico incorpore programas formativos en el rubro es un indicador de que el corretaje inmobiliario paraguayo está dejando de ser visto como una práctica informal para consolidarse como una profesión con bases técnicas y éticas más sólidas.


Al cumplir diez años, la ACIP no solo celebra un aniversario simbólico, sino que se posiciona en un punto de inflexión. Con el MLS en marcha, un borrador de ley en proceso de maduración y una mayor participación del mundo académico, el escenario actual refleja un sector en plena transición. El desafío ahora es convertir estos avances en estructuras concretas que ordenen el presente y sienten las bases para un futuro más competitivo y confiable.


La asociación tiene claro su norte: profesionalizar el corretaje inmobiliario en Paraguay, consolidar la exclusividad como práctica común y garantizar credibilidad a través de registros, leyes y herramientas tecnológicas. Como resume su actual presidencia, el camino no es levantar muros, sino construir puentes. Y es en ese proceso —gradual, estructurado y colectivo— donde se juega la oportunidad de que el mercado inmobiliario paraguayo alcance un nuevo nivel de madurez y reconocimiento internacional.

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