top of page

Airbnb Reconfigura su Modelo de Tarifas: Implicancias para Anfitriones y Viajeros

  • Foto del escritor: Carlos E. Gimenez
    Carlos E. Gimenez
  • hace 28 minutos
  • 5 Min. de lectura

La plataforma unifica su esquema de comisiones y traslada el costo a los anfitriones, en un giro que la acerca al modelo de Booking.com y Expedia, pero que plantea desafíos sobre márgenes, competitividad y preservación de su identidad original.


Airbnb Paraguay

En un movimiento estratégico que redefine su estructura de ingresos y la forma en que interactúa con anfitriones y viajeros, Airbnb decidió abandonar su histórico modelo de comisión dividida para migrar a un esquema de tarifa única. El cambio, que consiste en trasladar el total de la comisión al anfitrión —un 15,5 % sobre el subtotal de la reserva—, no solo transforma la dinámica interna de la plataforma, sino que también la acerca de manera decidida a los estándares de las agencias de viajes en línea (OTAs, por sus siglas en inglés) como Booking.com y Expedia.


Tradicionalmente, Airbnb operaba bajo un modelo mixto: el huésped pagaba entre un 14 % y 16 % en concepto de comisión, mientras que el anfitrión asumía alrededor de un 3 %. Este esquema permitía una distribución más balanceada de los costos y mantenía un nivel de transparencia en la experiencia del viajero, que podía visualizar el detalle de la tarifa de servicio.


Hasta la fecha, Airbnb ofrecía dos esquemas distintos de comisiones para anfitriones. El primero, conocido como tarifa compartida, dividía el costo entre anfitrión y huésped. En este modelo, la mayoría de los anfitriones abonaban un 3 % sobre el subtotal de la reserva. Por su parte, los huéspedes pagaban una comisión que oscilaba entre el 14,1 % y el 16,5 %, con ligeras reducciones en estadías prolongadas de 28 noches o más.


Este esquema, sin embargo, comenzará a desaparecer para quienes gestionan sus anuncios a través de un software de administración de propiedades (PMS). Desde el 25 de agosto de 2025, los nuevos anfitriones que se registren en la plataforma utilizando PMS ya no podrán optar por la tarifa compartida y deberán adoptar la tarifa única. Posteriormente, el 27 de octubre de 2025, la mayoría de los anfitriones que ya operan con PMS pasarán automáticamente al nuevo modelo, sin posibilidad de mantener la modalidad anterior. Los anfitriones que no utilicen PMS podrán, al menos por ahora, continuar trabajando bajo el esquema compartido.


El segundo esquema es el de tarifa única, donde la totalidad de la comisión se descuenta del ingreso del anfitrión. Históricamente, este porcentaje se movía entre el 14 % y el 16 %, con recargos del 2 % en casos de políticas de cancelación superestrictas y reducciones para estadías prolongadas. Con la actualización anunciada, la mayoría de los anfitriones que ya están bajo este esquema pasarán a pagar una tarifa uniforme del 15,5 %, mientras que en Brasil se mantendrá en el 16 %. Este ajuste entrará en vigor en dos etapas: el 27 de octubre de 2025 para los anfitriones que utilizan PMS y el 1 de diciembre de 2025 para quienes no lo emplean. Cabe señalar que este cambio no se aplicará a los hoteles que tienen contratos específicos con Airbnb Travel LLC, aunque la tarifa única es obligatoria para los alojamientos tradicionales, como hoteles, apart-hoteles o departamentos con servicios incluidos, así como para los anfitriones que operan con software de gestión.


En contraste, los anfitriones que no utilicen software de administración de propiedades no se verán afectados por esta medida y podrán continuar operando bajo el esquema de tarifa compartida, conservando así una mayor flexibilidad en la gestión de precios.


Desde la perspectiva del consumidor, la medida parece alinearse con la tendencia creciente hacia la simplificación del proceso de compra. El viajero obtiene un precio cerrado, sin cargos extras visibles en el checkout, lo cual elimina una de las críticas más frecuentes hacia Airbnb: la falta de claridad en los costos totales.


Sin embargo, este beneficio para el usuario se traduce en un desafío directo para los anfitriones. Muchos deberán replantear su estructura de precios, ya que absorber el nuevo nivel de comisión reducirá de manera significativa sus márgenes. Para quienes decidan trasladar este costo al viajero mediante un incremento de tarifas, el riesgo es perder competitividad frente a otros canales, especialmente en mercados sensibles al precio.


Más allá de la relación anfitrión-huésped, lo que subyace en esta estrategia es el objetivo de Airbnb de consolidarse como un actor de peso en el mismo terreno que Booking.com y Expedia. Al adoptar un modelo de comisión única, la compañía elimina la asimetría que la diferenciaba de estas plataformas y se presenta como una alternativa directa para hoteles, cadenas y grandes operadores, que históricamente han trabajado bajo esquemas similares.


El cambio, además, coincide con la expansión de Airbnb en el segmento hotelero, donde cada vez más establecimientos figuran junto a los tradicionales alojamientos de corta estancia. Al ofrecer una estructura de tarifas familiar para el sector, la plataforma busca posicionarse como un canal competitivo para captar a viajeros acostumbrados a la lógica de las OTAs.


No obstante, esta convergencia también plantea un dilema estratégico: en la medida en que Airbnb se asemeje más a una OTA tradicional, corre el riesgo de diluir el diferencial que le dio origen. El atractivo inicial de la plataforma residía en la posibilidad de acceder a experiencias únicas, con anfitriones independientes que ofrecían un carácter más personal y auténtico. Si la presión de los costos desalienta a pequeños anfitriones y fortalece la presencia de hoteles, la propuesta de valor original puede verse amenazada.


La sostenibilidad de esta decisión dependerá de la capacidad de Airbnb de mantener satisfechos a los tres pilares de su ecosistema: los viajeros, que exigen precios claros y competitivos; los anfitriones, que necesitan márgenes razonables para continuar en la plataforma; y los hoteles, que representan una oportunidad de crecimiento a escala.


Si la mayor carga económica sobre los anfitriones genera un éxodo hacia canales directos o hacia OTAs con políticas más flexibles, Airbnb podría enfrentar una reducción en la diversidad de su inventario, debilitando justamente aquello que la hizo disruptiva en la industria.


El viraje de Airbnb es más que una decisión táctica: refleja la convergencia de modelos de negocio en la industria del alojamiento digital. La frontera entre plataformas de alquiler temporal y agencias de viaje en línea se vuelve cada vez más difusa, en un contexto donde los consumidores priorizan claridad, confianza y eficiencia en la experiencia de reserva.


El desenlace de este cambio estructural no será inmediato, pero sí marcará un precedente en la forma en que plataformas y anfitriones negocian su posición en un mercado global cada vez más competitivo. Para Airbnb, el desafío no es solo ganar terreno frente a gigantes como Booking.com y Expedia, sino también preservar la esencia que la diferenció y fidelizó a millones de viajeros en el mundo.

bottom of page