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Entrevista a Carlos E. Gimenez, Director y Fundador de El Inmobiliario

  • Foto del escritor: Carlos E. Gimenez
    Carlos E. Gimenez
  • 13 jun
  • 19 Min. de lectura

Actualizado: 17 jun

Carlos E. Giménez
Carlos E. Giménez, fundador y director de El Inmobiliario

En junio 13 de 2023, El Inmobiliario se presentó como un nuevo actor en la escena mediática paraguaya con una propuesta clara: cubrir el sector inmobiliario con profundidad, criterio y una mirada editorial independiente. En un contexto donde la información sobre el rubro solía estar dispersa, poco actualizada o filtrada por intereses comerciales, el medio surgió con la intención de convertirse en una fuente confiable y útil tanto para desarrolladores como para inversores, agentes y ciudadanos interesados en comprender cómo evoluciona el territorio.


Dos años después, El Inmobiliario no solo alcanzó una sólida presencia en medios digitales, con más de 300.000 visitas en la web y un alcance que supera el millón de cuentas en redes sociales, sino que también logró posicionarse como una plataforma que marca agenda, aporta contexto y visibiliza proyectos relevantes.


Con motivo del segundo aniversario del medio, su fundador y director, Carlos E. Giménez, comparte en esta entrevista una mirada personal sobre el origen del proyecto, los desafíos enfrentados, el impacto que tuvo en la forma de comunicar el rubro y su visión sobre el futuro del mercado inmobiliario en Paraguay. Una conversación que también revela qué valores editoriales guían al medio y por qué la calidad, la verdad y el compromiso con el lector siguen siendo los pilares fundamentales de su crecimiento.


¿Cómo nació El Inmobiliario? ¿Cómo se te ocurrió empezarlo?

Bueno, la verdad es que desde que soy muy chiquito recuerdo que siempre me fascinó el rubro inmobiliario. Cuando tenía cinco años, le decía a mi mamá que algún día iba a construir un megaproyecto con edificios residenciales, hoteles y hasta un parque de diversiones. Mi mente básicamente volaba, y me imaginaba lo que hoy en día serían proyectos de usos mixtos, sin saber que se llamaban así.


Después, en 2012, cuando empezó el boom de la construcción en Paraguay, me enganché con un blog que se llamaba Paraguay: Un Milagro Americano, donde se publicaban todas las obras de infraestructura y los edificios que se estaban haciendo en el país. Pero en 2016 ese blog cerró, y desde entonces nunca más pude encontrar fácilmente información detallada y actualizada sobre lo que realmente pasaba en el rubro inmobiliario.


Y en mayo de 2023 se me ocurrió hacer El Inmobiliario. La verdad que fue todo bastante rápido: conseguí el nombre, hice el logo, diseñé la página web, armé un media kit, un brand kit para definir bien cuál iba a ser la identidad de la marca. Una semana antes del lanzamiento, me llegó por casualidad un mail con una invitación al evento de lanzamiento de un proyecto. Hasta hoy no sé por qué me llegó ese correo, pero fui. Era el lanzamiento de Nostrum Trinidad.


En paralelo, le había escrito a JGL Casatua para hacer una nota sobre Casa M, que era —y sigue siendo— un edificio que me gusta mucho, y que justo hoy usamos como locación para la sesión de fotos de esta nota. La gerente de marketing no tuvo problema en dar el ok para hacer la nota, y así empezamos. Esa fue nuestra primera publicación. Y así arrancó todo.


¿Cuál fue el momento en el que sentiste que El Inmobiliario se estaba consolidando como referente?

A finales del año pasado empecé a notar un cambio muy claro. Llegó un punto en el que, cuando me presentaba a la gente, ya no tenía que explicar qué era El Inmobiliario, qué hacíamos, cuál era nuestra misión o qué representaba la marca. Simplemente decía que era de El Inmobiliario y la respuesta era: “Ah sí, conozco”. Ya no hacía falta esa presentación larga que antes siempre tenía que dar para contextualizar. Eso, para mí, fue una señal muy fuerte de que nos estábamos consolidando.


Creo que dentro del rubro estamos muy bien posicionados. Desde el principio tuvimos la intención de informar con seriedad y estar realmente interiorizados en lo que es el rubro inmobiliario, que es algo que me gusta desde siempre y que sigo muy de cerca desde que empezó el boom, cuando tenía 12 años. Y creo que esa cercanía real con el sector fue clave para posicionarnos tan bien en tan poco tiempo y convertirnos en uno de los referentes en información real, útil y trascendente para el mercado.


También siento que a veces la gente no se da cuenta de todo el trabajo que hay detrás de cada nota. Nuestro lema desde el inicio fue que quien lea una nota de El Inmobiliario salga realmente informado. Eso era algo que yo sentía que faltaba muchísimo dentro del rubro de la comunicación: que la información esté bien desarrollada, sea concreta y tenga profundidad. Y creo que esa fue una de las claves que nos diferenció.


¿Cómo te parece que cambió la comunicación desde que empezaste El Inmobiliario?

La verdad que cuando empecé con El Inmobiliario, se notaba que el ámbito de la comunicación en general estaba un poco atrasado. Siempre sentí que muchos medios habían perdido su identidad, como que no sabían bien quiénes eran ni qué querían comunicar. Publicaban lo que creían que estaba de moda en ese momento, sin una línea clara. Eso se notaba mucho, por ejemplo, en sus páginas web, donde iban cambiando las secciones todo el tiempo según lo que querían destacar, como buscando visibilidad más que coherencia.


Igual, yo siento que muchos de esos medios están mejorando. La calidad, en general, mejoró muchísimo desde que empecé. En ese momento, la mayoría seguía subiendo imágenes pixeladas, no se cuidaba tanto la estética, ni el contenido visual, ni el enfoque en dar visibilidad con una calidad realmente buena. Creo que la pandemia también les afectó bastante y los descolocó un poco, como que los dejó sin rumbo claro.


Hoy en día ya están más encaminados algunos. Siento que el foco está más puesto en informar a la gente que en escribir por escribir. Y creo que en estos dos años los medios de comunicación, al menos en este rubro, han elevado bastante la vara con la que venían trabajando.


¿Qué valores o principios guían la línea editorial de El Inmobiliario?

Bueno, en El Inmobiliario siempre nos enfocamos en publicar información real, verdadera, con estadísticas que realmente aporten valor al lector. No queremos ser simplemente un espacio de entretenimiento o algo que se lee para pasar el rato, sino un medio donde cada nota pueda ayudar a tomar decisiones, mejorar un speech comercial o entender mejor lo que está pasando en el mercado.


Muchas veces incluimos datos que pueden ser clave, incluso pueden marcar la diferencia entre cerrar una venta o no. Por eso siempre tratamos de liderar con la verdad. Cuidamos muchísimo las estadísticas que publicamos. No publicamos cualquier número o dato solo por llenar espacio. A veces vemos estadísticas en otros medios que no son tan confiables, que no tienen respaldo, y nosotros evitamos eso a toda costa.


También somos muy cuidadosos con los proyectos con los que trabajamos. Siempre intentamos que sean desarrollos que realmente se van a concretar, que sabemos que se van a realizar, con calidades que estén a un estándar alto, y con desarrolladores que no van a desaparecer en un año. Cuidamos mucho con quién trabajamos. Nos enfocamos en actores que sabemos que son confiables, que tienen trayectoria sólida, ya sea dentro del rubro inmobiliario o también fuera, pero con un historial profesional serio.


Además, la calidad es un eje fundamental para nosotros. Cuidamos la calidad de las imágenes, de los renders, de la información que se publica, de la redacción, del diseño… en todos los aspectos posibles. Siempre buscamos tener la mayor calidad que se pueda ofrecer, porque sentimos que eso también comunica quiénes somos.


Y también aspiramos a ser la fuente principal. Creo que hoy en día ya lo estamos logrando. Hay muchos medios de comunicación y líderes de opinión que leen El Inmobiliario para informarse, para saber qué escribir o qué está pasando en el rubro. Y la verdad es que eso me pone muy contento: saber que lo que hacemos también sirve como base para que otros informen, y que estamos marcando agenda dentro del sector inmobiliario.


¿Qué impacto creés que ha tenido El Inmobiliario en la forma en que se comunican y entienden los proyectos inmobiliarios en Paraguay?

La verdad que yo noto que El Inmobiliario ayudó a elevar bastante el estándar de cómo se comunican los proyectos en Paraguay. Desde que arrancamos, muchos otros medios empezaron a prestarle más atención al rubro inmobiliario. Algunos lo hacen muy bien, otros no tanto, pero en general veo que hubo un cambio. Se empezó a entender que no alcanza con subir un render y repetir un comunicado de prensa. Hoy, el lector espera más.


Creo que lo que nosotros aportamos es una manera distinta de transmitir la información: con más profundidad, más claridad, y con un enfoque en que quien lea realmente entienda de qué se trata un proyecto. Intentamos que cada nota tenga todos los datos relevantes, que no quede nada importante afuera, que el lector termine de leer y diga: “ok, ahora entiendo este edificio, por qué es relevante, qué propone, cómo se posiciona en el mercado”.


Por eso también lanzamos la suscripción, porque sabíamos que había una demanda por información que no se puede encontrar en ninguna otra parte, salvo que hagas una investigación enorme que te puede llevar días. Nosotros hacemos ese trabajo: buscamos la información difícil de conseguir, la analizamos, la ordenamos, y la publicamos de una forma que sea clara y útil. No queremos que la gente tenga que leerse 200 páginas de un informe técnico o 50 páginas de una ley para entender qué está pasando. Nosotros traducimos todo eso y lo presentamos de una forma accesible, pero sin perder precisión.


Un ejemplo claro fue la cobertura del RUN. Incluso antes de que la ley se hiciera pública, ya habíamos publicado una de las notas más completas sobre el tema, explicando en detalle los cambios que traía, las modificaciones clave y lo que implicaba realmente para el sector inmobiliario. Tuvimos acceso anticipado al texto y eso nos permitió ofrecer un análisis claro, preciso y con contexto, en un momento donde todavía había mucha desinformación. Lo mismo hicimos con muchos otros temas. Siempre buscamos ir un paso adelante, acceder a información que todavía no circula ampliamente y presentarla con seriedad, desde una perspectiva que entienda y represente al rubro.


También leemos informes, estadísticas, leyes. Nos tomamos el tiempo de entender bien qué está pasando antes de publicar algo. No sacamos notas rápidas ni superficiales. Y creo que eso se nota. Por eso, cuando lanzamos la suscripción, muchas personas valoraron el acceso a esa información más especializada, que no se encuentra en ningún otro medio.


Y no solo eso. También creo que El Inmobiliario le dio una visibilidad enorme a muchos desarrolladores. Me enorgullece muchísimo cuando me cuentan que un cliente llegó porque leyó la nota que hicimos, o que gracias a esa cobertura les escribieron interesados, recibieron leads, generaron ventas. Saber que nuestro trabajo tiene un impacto real en los resultados de los proyectos con los que trabajamos, la verdad que me da mucha satisfacción. Porque eso demuestra que lo que hacemos no es solo informar: también ayudamos a conectar el desarrollo inmobiliario con la gente.


¿Cómo ha cambiado tu relación con el sector desde que fundaste el medio?

Creo que el sector me ha acogido bastante bien. Hoy en día ya tuve charlas con casi todos los desarrolladores que están activos en Paraguay, y siempre sentí que este rubro, si bien es competitivo, no es frío. Hay competencia, sí, pero también hay una intención de que a todos les vaya bien. Es un ambiente donde, si hacés las cosas bien, te valoran.


Desde el principio me apoyaron muchísimos desarrolladores. Algunos incluso me incentivaron a seguir cuando El Inmobiliario recién empezaba y yo todavía no sabía muy bien qué futuro podía tener el proyecto. Recuerdo especialmente a Adrián Soria, fundador de Palmanova, que fue uno de los primeros en apostar e invertir en El Inmobiliario. Él me hizo ver que el trabajo que estaba haciendo realmente tenía valor. Fue uno de los primeros en hacerme sentir que esto iba en serio.


También Gonzalo Facas, Director de EYDISA, con quien trabajé un tiempo, me enseñó muchísimo. Sin él, probablemente El Inmobiliario no existiría tal como es hoy. Fue una figura clave en esos primeros meses donde, como todo emprendimiento, uno duda, piensa si ir para atrás y hacer algo más tradicional. Él me dio el empujón que necesitaba para seguir apostando por el proyecto.

Dani Park también fue alguien que me dio muchos consejos cuando recién estaba comenzando, y desde Codak Vyuk, tanto Gonzalo Codas como Patricia Franco me apoyaron muchísimo. Siempre me transmitieron confianza, me dieron ese respaldo para seguir adelante. JGL Casatua y Coralia Ruiz también fueron fundamentales: siempre me apoyaron y fueron quienes me dieron la primera nota publicada en el medio.


Creo que esas seis personas fueron las que más me influenciaron al comienzo. Me abrieron las puertas, me dieron consejos, me transmitieron confianza y, sobre todo, creyeron en mí y en El Inmobiliario cuando recién estaba dando los primeros pasos.


Después, con el tiempo, también fui construyendo relaciones muy buenas con otras desarrolladoras y con muchos agentes inmobiliarios. Siempre recibí felicitaciones por el trabajo que hacemos, y muchos me dijeron que lo que estamos haciendo es una herramienta muy necesaria para el rubro: que comunicar, compartir información y mantener a la gente informada es clave para tener un mercado saludable. Y escuchar eso de parte de los propios protagonistas del sector, la verdad, significa mucho para mí.


¿Qué papel juega El Inmobiliario en el puente entre desarrolladores y ciudadanía?

Creo que jugamos un papel muy importante en el puente entre desarrolladores y ciudadanía, y también entre desarrolladores, agentes inmobiliarios y ciudadanía. Hay agentes que me comentaron que conocieron muchos proyectos a través de nuestras notas y después recomiendan esos proyectos a sus clientes. Todo ese feedback positivo siempre me pone muy contento porque significa que realmente estamos aportando algo.


El Inmobiliario juega un rol muy importante en dar a conocer los proyectos. De repente hay desarrollos que no se comunican tanto, que pueden ser muy buenos, pero al final del día no obtienen el flujo de ventas esperado simplemente porque no se conocen. Creo que ese es nuestro rol principal: visibilizar todo lo que se está haciendo. Hay muchos proyectos interesantes que por falta de visibilidad no llegan a ser conocidos, y ahí es donde entramos nosotros, conectando a las desarrolladoras con la gente interesada en invertir, ya sea a través de agentes inmobiliarios o directamente con las personas.


¿Qué diferencia a El Inmobiliario de otros medios que intentaron abordar este sector y no lograron sostenerse?

Nuestro principal diferencial es que estamos realmente interiorizados en el rubro. No hacemos esto de forma superficial ni por moda: estamos apasionados por el sector inmobiliario. Sabemos lo que busca una persona al buscar información sobre el rubro, entendemos cuáles son los principales desafíos y también las principales fortalezas del mercado. Estamos constantemente hablando con desarrolladores, inversores, agentes inmobiliarios, y eso nos permite sentir el pulso del sector, ver qué está pasando, qué sienten las personas que están involucradas, qué falta informar, qué falta entender, cómo se está moviendo la demanda, cuáles son las tendencias.


Nos interesa saber qué proyectos vienen, cómo está evolucionando el mercado, hacia dónde se está orientando la oferta. Y creo que esa conexión con el sector real es lo que nos diferencia. Intentamos siempre que el lector salga realmente informado, que entienda en profundidad lo que está leyendo, y que nuestras notas no sean solo un resumen liviano, sino una herramienta útil.

Y también está el tema de la calidad. Desde el día uno siempre nos enfocamos en tener la mayor calidad posible en todo: en la redacción, en la información, en las fotos. Invertimos en una cámara profesional, usamos software de edición de primer nivel, cuidamos la estética y la precisión de todo lo que publicamos. Para nosotros es fundamental que las cosas se vean bien, se lean bien, y transmitan información clara y confiable.


Nosotros siempre priorizamos la claridad, la precisión y la verdad. Porque sabemos que eso es lo que más valoran nuestros lectores, y por eso seguimos siendo exitosos.


¿Cómo elegís qué temas cubrir y cuáles no? ¿Hay líneas que El Inmobiliario no cruza?

Creo que no hay una línea que no crucemos. Los temas que elegimos cubrir son los que editorialmente consideramos relevantes para la gente. Todas las notas que subimos tienen un propósito y una intención clara. Creo que los lectores que nos acompañan desde el primer día lo saben. Cada nota que hacemos busca realmente aportar algo, no simplemente entretener o ser una distracción.


Hoy en día vivimos en una época donde se busca placer inmediato, y nosotros intentamos hacer lo opuesto. Nuestras notas están pensadas para gente que realmente quiere leer, entender, informarse. No hacemos contenido pasajero como reels o TikToks que generan visibilidad rápida pero sin profundidad ni conversión. Toda la información que publicamos está pensada para que se pueda usar: en presentaciones, con clientes, en decisiones de inversión. Que realmente tenga un valor.


Por ejemplo, tenemos un suscriptor que subió a su Instagram una nota nuestra sobre el turismo MICE —turismo de reuniones y convenciones— con nuestra imagen y un resumen adaptado para su audiencia. Esa publicación tuvo 188 likes. Me puso muy contento ver que la información que publicamos sirvió para captar atención, generar valor para su negocio y ayudarlo a convertir eso en resultados concretos.


¿Cómo ves el rubro inmobiliario actualmente?

Yo actualmente veo un rubro inmobiliario con mucho dinamismo. Hay muchísimos proyectos muy interesantes que ya se anunciaron o que están próximos a anunciarse, y siento que la vara cada vez sube más para el tipo de desarrollos que se presentan en Asunción. Hace diez años uno no se podía imaginar la cantidad de proyectos que hoy están saliendo —y ni hablar de los que van a salir este año. Siento que es un muy buen momento para el rubro, pero también que no todos los actores están a la altura del nivel que ya se consolidó en el mercado.


Los mejores proyectos, hoy en día, son los que están bien segmentados, los que entienden a qué tipo de cliente le están hablando. Creo que los departamentos que quieren apuntar a todo el mundo no van a ser tan exitosos. No se puede abarcar todo. Hay proyectos muy buenos, y hay otros que no están tan buenos. Y también se empiezan a ver actores que quizás no son los más confiables, que aparecen solo para aprovechar oportunidades sin tener un compromiso real con la calidad o el largo plazo.


Por eso creo que la gente tiene que asesorarse bien antes de comprar un inmueble. Tener un agente inmobiliario de confianza, alguien que ya haya estado en el rubro por un tiempo y que sepa con quién sí y con quién no trabajar. Que conozca bien qué constructoras cumplen y cuáles no. Hoy en día ya se puede saber más o menos cuál es la reputación de cada empresa, pero esa información no está en cualquier lado. Esa información la tiene la gente que estuvo realmente involucrada en el rubro durante años, que vio entregas de departamentos, que recibió feedback real de los clientes y que sabe qué experiencia tuvo cada comprador con tal o cual proyecto.


Creo que hay muchos agentes inmobiliarios que son excelentes, en los que la gente podría confiar mucho más. Lamentablemente, hay una percepción negativa del rol del agente inmobiliario, que viene de unos pocos que actuaron de forma poco profesional, pero no representan a todos. Hay gente muy capacitada en este rubro que está haciendo un trabajo muy serio.


Siento también que está habiendo un movimiento muy interesante en la demanda. La gente está empezando a replantearse dónde quiere vivir, cómo quiere vivir, qué prioriza. Porque con la cantidad de departamentos que se están haciendo en Asunción, sumada a la expansión de los barrios cerrados en Nueva Asunción, Luque, Limpio y Mariano Roque Alonso, va a ser muy interesante ver qué elige finalmente el asunceno —o el Gran Asunceno, por decirlo así. ¿Van a preferir departamentos cerca del trabajo? ¿Van a buscar casas más grandes en la periferia? ¿Será la clase alta la que se mude fuera de la ciudad o será la clase media? ¿La clase media alta se va a quedar en la ciudad o también va a migrar? Todo eso está por verse.


Es un movimiento difícil de predecir, pero estoy seguro de que en los próximos diez años vamos a ver un cambio drástico en cómo se habita la ciudad de Asunción y el Gran Asunción. Y Luque, en particular, se perfila como un gran actor dentro del rubro inmobiliario. Hay que ver si la gente termina prefiriendo vivir en Luque, en el microcentro, en Villa Morra… Y también preguntarnos: ¿bajarán los impuestos en el centro de Asunción? ¿Se van a impulsar realmente inversiones en esa zona?


Creo que estamos en un momento muy interesante, con muchas oportunidades. También veo que Encarnación y Ciudad del Este están creciendo mucho en altura. Hay proyectos muy interesantes en esas ciudades que hace cinco años no existían, ni siquiera como idea. En Ciudad del Este, por ejemplo, hay desarrollos de altísima calidad que están generando mucha expectativa. Creo que hay una demanda turística en esas ciudades —y también en Asunción— que puede ser aprovechada muy bien por inversores.


También me parece importante que empecemos a ver soluciones inmobiliarias de calidad en otras ciudades del país. Porque siempre hay oportunidades, no solo en Asunción. Me intriga, por ejemplo, qué va a pasar con Che Róga Porã. Aunque a mí personalmente no me parece una solución ideal, porque en lugar de acercar a la gente a las ciudades, los aleja. Y eso va en contra de lo que, en mi opinión, debería ser el modelo: ciudades más eficientes, más compactas, con servicios cerca.


Yo creo que la eficiencia está en las ciudades verticales. En que la gente viva en un lugar donde tenga todo a mano, donde haya densidad suficiente para que tenga sentido hacer subtes o metros y mejorar el transporte público. Un lugar donde la vida urbana esté pensada con inteligencia. Y no solo desde lo habitacional. También veo que hay muchas empresas que están empezando a invertir en Paraguay no solo en lo residencial, sino también en el sector logístico e industrial. Y ahí hay una necesidad urgente. Falta infraestructura logística, faltan parques industriales, parques logísticos. Es una deuda pendiente.


La zona de la Bioceánica también va a ser clave. Va a ser interesante ver cómo se desarrolla y qué ciudades terminan destacándose a lo largo de ese corredor. En resumen, creo que el panorama inmobiliario se está ampliando muchísimo, y va a ser muy interesante ver qué es lo que pasa en los próximos años.


¿Cuál es la responsabilidad de tener un medio especializado cuando el sector inmobiliario afecta directamente a la economía y al modelo de ciudad?

Creo que hay una responsabilidad muy grande detrás de lo que hacemos. Comunicar con la verdad es clave, porque realmente tenemos un impacto en muchos desarrolladores, inversionistas y actores del rubro. Por eso, para mí, siempre es fundamental cuidar la veracidad de la información que publicamos.


Hoy siento que El Inmobiliario ya tiene un impacto importante dentro del sector. El 30% de nuestra audiencia es internacional, lo cual también nos posiciona como un puente entre lo que pasa en Paraguay y cómo eso se percibe afuera. Y creo que fuimos —y seguimos siendo— un gran apoyo para transmitir que el mercado paraguayo es un mercado real, interesante, profesional, con proyectos innovadores y en constante evolución.


Además, me parece que desde el lado del gobierno también hay una intención clara de mejorar las cosas. El proyecto de ley del RUN, por ejemplo, fue un cambio bastante significativo. Este mes, Catastro empieza a operar 100% de forma digital. El año pasado también se modificó cómo se tramitan las propiedades horizontales. Y aunque todavía hay mucho por hacer, se nota una línea de trabajo enfocada en la modernización y en mejorar los procesos.


Poder reflejar todo eso —en español, inglés, portugués o alemán— para una audiencia que quizás está mirando a Paraguay con interés o curiosidad, aporta muchísimo. Yo sí creo que fuimos parte de esa visibilidad internacional que el país empezó a ganar en los últimos años en lo que respecta al rubro inmobiliario. Y esa visibilidad, bien manejada, puede traducirse en inversión, en confianza y en desarrollo.


¿Hubo alguna nota, cobertura o entrevista que marcó un antes y un después para El Inmobiliario?

La verdad es que casi todas las notas que hacemos me fascinan. Siempre me parece interesantísimo ir a los proyectos ya terminados y ver la transformación del render a la realidad. Es un proceso que me encanta presenciar: ver cómo lo que empezó como una idea se convierte en algo tangible, que cambia el paisaje urbano.


Hubo momentos muy especiales para mí, como poder trabajar con desarrolladoras o proyectos que seguía de chico, cuando todavía soñaba con dedicarme a esto y pasaba horas leyendo sobre ellos en internet. Por ejemplo, conocer a Ernesto Figueredo de Raíces fue algo muy significativo. Me acuerdo perfectamente de la maqueta de Aqua Village que estaba en el Shopping del Sol; me encantaba ir a mirarla cuando era más chico, me podía quedar ahí un buen rato fijándome en todos los detalles.


También trabajar con El Delta fue muy emocionante. Recuerdo claramente el anuncio de ese proyecto cuando tenía 12 años. Vi el render en una nota donde se hablaba de un megaproyecto en lo que entonces se conocía como Chaco’í, hoy Nueva Asunción. Me impactó tanto que le mostré la nota a mi mamá, y me dijo: “Eso es difícil de que pase”. En ese momento parecía algo lejano, casi imposible, muy fuera de lo que se podía imaginar como realidad en Paraguay.


Y el día que finalmente trabajamos con ellos, después de 12 años de haber leído por primera vez sobre ese proyecto, me emocioné. Me vino a la cabeza ese niño que soñaba con ser parte del mundo inmobiliario, que leía notas con admiración y curiosidad. Poder cerrar ese círculo fue muy especial para mí.


Otro momento que marcó mucho fue cuando fuimos el único medio de comunicación al que repostearon Carlos Ott, Ponce de León y BMA —tres estudios de arquitectura que admiro desde chico—, cuando se anunció la Terminal 2 del Aeropuerto Silvio Pettirossi. Fuimos los primeros en publicar los renders del proyecto, y que ellos nos hayan reconocido públicamente fue muy fuerte para mí.


También me pone muy contento ver a gente de mi edad o un poco mayor adentrándose en el rubro inmobiliario, con ganas de hacer las cosas bien. Me entusiasma ver que hay una nueva generación que viene con ideas, con visión, con intención de profesionalizar aún más el sector.

Esta semana, por ejemplo, estuvimos recorriendo Distrito Perseverancia, que es un proyecto que ya me fascinaba incluso antes de empezar El Inmobiliario. Poder verlo desde adentro, conocer detalles que todavía no están disponibles para el público general, vivir esa experiencia como parte del medio, es algo que disfruto muchísimo.


Y lo mismo pasa con los proyectos que todavía no se lanzaron, que están en etapa previa. Cada entrevista, cada cobertura, siempre me genera entusiasmo. Me gusta ver cómo el rubro evoluciona, cómo los desarrollos se vuelven cada vez más pensados, más sólidos, más estratégicos. Ver ese cambio me pone muy contento, y ser parte de esa conversación me motiva todos los días.


¿Qué desafíos enfrentaste en los primeros meses de El Inmobiliario y cómo los superaste?

Creo que el principal desafío fue la financiación. Al comienzo, El Inmobiliario no generaba ingresos suficientes como para sostenerse, y eso me generaba mucha incertidumbre. Sin embargo, encontré formas de seguir adelante, apostando por la calidad del contenido y confiando en que los resultados iban a llegar. Y llegaron. Muchos desarrolladores también me apoyaron, entendiendo el valor del medio y apostando por nuevas formas de visibilizar sus proyectos. A los seis meses, esa etapa más difícil ya estaba superada.


Otro desafío fue lograr penetración en el sector. Aunque algunos desarrolladores fueron muy accesibles desde el principio, otros no lo eran tanto. Había casos donde veía que ciertos proyectos se comunicaban en medios con mucho menos alcance que El Inmobiliario, y eso me frustraba. Yo sabía el trabajo que estábamos haciendo y el impacto real que generábamos. Pero con el tiempo, eso también cambió. Hoy en día trabajamos con todos los actores con los que queremos trabajar. Ya no queda ni uno con quien no me haya comunicado o que me haya cerrado la puerta. Y eso, en un rubro tan específico, es algo que valoro muchísimo.


¿Dónde ves a El Inmobiliario dentro de dos años? ¿Y dentro de diez?

Creo que el futuro de El Inmobiliario está en seguir sumando servicios de información cada vez más especializados. Hace un mes lanzamos las suscripciones y, sinceramente, los resultados fueron muy buenos. Eso me confirma que hay un interés real y que la gente está dispuesta a pagar por información detallada, útil y confiable.


Las suscripciones son solo el comienzo. La idea es que a partir de ahí podamos desarrollar informes más completos, notas más profundas, y acceder a datos reales sobre el rubro inmobiliario: ocupación, ventas, percepción del mercado. Todo eso va a estar incluido dentro de la suscripción. Ya estamos trabajando para conseguir esa información, y sobre todo, para verificar que los datos sean veraces, que tengan sustento y que realmente sirvan para tomar decisiones. No queremos publicar números por publicar, queremos que sea información sólida.


También empezamos a hacer consultorías para desarrolladoras, que es una parte muy interesante de todo lo que estamos construyendo. Gracias al conocimiento que fuimos acumulando y a todas las conexiones que generamos en estos dos años, hoy podemos aportar valor directamente a los proyectos desde su etapa inicial. Ayudar a crear nuevos desarrollos era una de las cosas que siempre soñé hacer, y hoy se está dando. Ya estamos trabajando con varias desarrolladoras que confían en la información y en la visión que tenemos del rubro.


De acá a diez años me imagino que vamos a seguir consolidándonos. La idea también es expandirnos regionalmente. Uruguay, por ejemplo, está teniendo un movimiento inmobiliario muy interesante, y me parece un mercado donde podríamos aportar mucho. También estamos mirando a Argentina, que de a poco se está recuperando. No hay apuro, pero sí hay intención de crecer más allá de Paraguay.


A nivel local, estamos creciendo mes a mes. Y la verdad que el ritmo es impresionante. Somos el medio de comunicación con más engagement por porcentajes en Instagram, y eso demuestra que hay una conexión genuina con lo que hacemos, que hay interés real por parte de la audiencia. Creo que estamos creciendo más del 100% año a año, y estoy muy contento con todo lo que logramos en estos dos años. Pero también sé que esto recién empieza.

 
 
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