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  • Cómo Identificar Áreas de Revalorización en el Mercado Inmobiliario

    Factores determinantes y dinámicas de mercado que configuran la revalorización inmobiliaria en Paraguay En el discurso inmobiliario —sea en presentaciones de venta, notas periodísticas o campañas publicitarias— es frecuente escuchar que ciertas zonas “son ideales para invertir” porque “se revalorizarán con el tiempo”. Aunque esa afirmación puede ser cierta, la lógica detrás de la valorización inmobiliaria suele quedar poco clara. Entender qué factores impulsan realmente el aumento del valor de un inmueble es clave para tomar decisiones informadas y evitar expectativas infundadas. En el mercado paraguayo, la revalorización no es producto de un único elemento, sino de la interacción de múltiples variables. Desde inversiones en infraestructura hasta estrategias de marketing bien ejecutadas, pasando por cambios regulatorios y la instalación de polos de actividad económica, el valor de un inmueble está profundamente vinculado al contexto urbano, social y económico en el que se inserta. Inversión en infraestructura La inversión en infraestructura es uno de los factores más determinantes para la revalorización de inmuebles, con un impacto que se percibe tanto en el corto como en el largo plazo. Sus beneficios pueden entenderse en tres planos interconectados: el aumento del valor intrínseco de la propiedad, la mejora de su atractivo comercial y la consolidación del entorno urbano en el que se inserta. Obras como autopistas, avenidas pavimentadas, iluminación pública, redes de agua y alcantarillado o sistemas de transporte reducen fricciones en la vida diaria y elevan la percepción de calidad de vida. Una calle pavimentada y bien iluminada no solo mejora la accesibilidad y la seguridad, sino que amplía el universo de potenciales compradores o inquilinos, lo que se traduce en mayor demanda y precios más altos. La infraestructura también genera un “efecto derrame”: cuando una zona recibe nuevas conexiones viales, servicios básicos o equipamientos urbanos —como parques, centros educativos o de salud— no solo aumentan los valores de las propiedades existentes, sino que se estimula la llegada de nuevos desarrollos, reforzando el estatus del área y creando un ciclo virtuoso de valorización. Además, este tipo de obras suele percibirse como una inversión de largo plazo respaldada por políticas públicas o privadas, lo que reduce el riesgo percibido e impulsa decisiones de compra más rápidas. En el contexto paraguayo, el Puente Héroes del Chaco es un ejemplo reciente y contundente. Esta conexión entre Asunción y lo que antes era Chaco’i —hoy Nueva Asunción— transformó por completo la dinámica de la zona. Incluso antes de su inauguración, el solo anuncio de la obra impulsó un alza en los precios de los terrenos. Tras su apertura, lotes que valían apenas centavos por metro cuadrado hace 15 años pasaron a cotizarse por encima de los USD 20/m², consolidando un nuevo frente de expansión urbana y demostrando cómo la infraestructura puede ser el detonante más poderoso de revalorización. Nuevas áreas corporativas y comerciales La creación de nuevas áreas corporativas y comerciales tiene un impacto directo y profundo en la valorización de los inmuebles, ya que no solo modifica la dinámica económica de una zona, sino que también redefine su identidad urbana y su proyección a futuro. La instalación de polos corporativos —ya sean edificios de oficinas, parques empresariales o centros de innovación— eleva la demanda por bienes raíces tanto comerciales como residenciales en su entorno inmediato. La concentración de empresas y trabajadores genera un flujo constante de personas que dinamiza el consumo, impulsa la apertura de comercios y aumenta la necesidad de viviendas cercanas, lo que se traduce en un incremento sostenido de precios y alquileres. De igual forma, los desarrollos comerciales de gran escala, como shoppings, avenidas gastronómicas o centros de servicios especializados, funcionan como verdaderas anclas urbanas. Estos equipamientos no solo sirven a los residentes de la zona, sino que atraen público de otras áreas, elevando la visibilidad y el valor percibido de los inmuebles aledaños. La apertura de un centro comercial de alto nivel suele ir acompañada de nuevas inversiones en hoteles, oficinas y proyectos residenciales de mayor categoría, generando un efecto multiplicador que transforma el perfil de todo el barrio. En Paraguay, este fenómeno se ve potenciado por una realidad particular: la mayoría de las plazas y parques no están bien mantenidos y existe una percepción generalizada de inseguridad que limita su uso, sobre todo en horarios vespertinos o nocturnos. Equipamientos en mal estado, iluminación deficiente y falta de mantenimiento regular han reducido su capacidad de funcionar como articuladores naturales de la vida comunitaria. Este vacío lo han ocupado, en gran medida, los centros comerciales. En Asunción y otras ciudades, los shoppings no son únicamente lugares de compra, sino verdaderos puntos de encuentro social donde convergen familias, amigos, colegas y turistas. Ofrecen un entorno climatizado, limpio, iluminado y vigilado, que brinda una sensación de seguridad y confort que el espacio público abierto muchas veces no puede garantizar. En países con tradición de espacio público activo, plazas y áreas centrales cumplen este rol; en Paraguay, gran parte de esa función recae sobre los centros comerciales. Las consecuencias sobre el mercado inmobiliario son claras: las propiedades ubicadas cerca de un shopping de referencia —como Paseo La Galería en Aviadores del Chaco, Shopping del Sol en la zona de Santa Teresa o Mariscal López Shopping en Villa Morra— tienden a valorizarse más rápido y de forma más estable que aquellas alejadas de este tipo de polos. Vivir cerca significa reducir traslados, acceder a un ambiente seguro y contar con un abanico de servicios —gastronomía, entretenimiento, bancos, supermercados, gimnasios e incluso clínicas— a pocos minutos de casa. Para un inversor, supone apostar por un activo respaldado por flujos constantes de personas y por la reputación consolidada del nodo comercial, factores que sostienen su valorización en el tiempo. Nuevas industrias y centros logísticos La instalación de industrias y centros logísticos tiene un impacto particularmente fuerte en la valorización de los inmuebles, aunque su lógica es distinta a la de polos corporativos o comerciales. Su efecto se sustenta en la generación de empleo, la dinamización de cadenas de suministro y la transformación estructural del territorio. En primera instancia, estos desarrollos provocan un incremento inmediato en la demanda de suelo. Una planta industrial o un centro logístico de gran escala requiere no solo su propio terreno operativo, sino también la presencia de proveedores, talleres, empresas de servicios y, en muchos casos, áreas para expansión futura. Esto eleva el valor de los terrenos industriales y semiurbanos en el entorno y puede convertir a zonas antes marginales en áreas estratégicas para la inversión. El impacto se extiende al mercado residencial. Cuando se instala un polo productivo, aumenta la necesidad de viviendas para empleados en todos los niveles, desde operarios hasta personal administrativo y gerencial. Este flujo poblacional ejerce presión sobre el mercado de alquiler y sobre la venta de lotes o viviendas cercanas, impulsando la valorización de los inmuebles habitacionales. A esto se suman las mejoras en conectividad que suelen acompañar a estas inversiones: pavimentación de rutas, ampliación de accesos, instalación de redes de agua y electricidad. Estas obras no solo benefician a la empresa o parque industrial, sino que revalorizan todo el corredor logístico y aumentan la competitividad de las propiedades cercanas para usos diversos. En Paraguay, los centros logísticos y parques industriales tienden a concentrarse en zonas periurbanas o ciudades satélite, como Limpio, Luque, Mariano Roque Alonso o a lo largo de los corredores de la Ruta PY02 y PY01. En estos lugares, el arribo de frigoríficos, depósitos de e-commerce y complejos de distribución ha generado un cambio notable en el mapa inmobiliario. Sectores que antes eran considerados de baja densidad o de poco interés comenzaron a recibir inversiones en galpones, oficinas técnicas y servicios auxiliares, lo que derivó en un aumento sostenido de precios y en una diversificación de usos del suelo. Terrenos que hace una década se vendían a USD 15/m² hoy superan los USD 45/m² en sectores con conexión directa a la ruta modernizada. En el mediano y largo plazo, cuando un polo industrial o logístico se consolida, la percepción de estabilidad económica del área se fortalece. Esto incentiva la instalación de bancos, estaciones de servicio, hoteles, restaurantes y comercios, transformando lo que antes era un sector aislado en un nodo económico diversificado y con un mercado inmobiliario mucho más dinámico. Megaproyectos catalizadores Los megaproyectos catalizadores —ya sean de carácter inmobiliario, de infraestructura, mixtos o incluso eventos internacionales— tienen un impacto transformador sobre la valorización de los inmuebles porque no solo cambian físicamente el territorio, sino que también modifican las percepciones y expectativas del mercado a gran escala. Se los denomina “catalizadores” porque desencadenan procesos que trascienden sus propios límites físicos, generando dinámicas económicas y urbanas que reconfiguran áreas enteras. La construcción de un complejo de usos mixtos de gran envergadura, un nuevo aeropuerto, un puerto fluvial moderno, una terminal multimodal o un estadio internacional puede redefinir completamente la centralidad de una zona, convirtiéndola en un nodo clave que antes no existía. En el corto plazo, estos proyectos generan movimiento económico inmediato: empleo en la construcción, demanda de insumos y servicios, y especulación inmobiliaria en torno a terrenos cercanos, con precios que muchas veces comienzan a subir incluso antes de que la obra esté concluida. Una vez en operación, el alcance de su impacto se amplía. Un nuevo aeropuerto o una terminal portuaria, por ejemplo, no solo mejora la conectividad, sino que atrae hoteles, centros de convenciones, parques empresariales y desarrollos residenciales orientados a captar la nueva demanda de visitantes o profesionales. Un gran distrito urbano, como podría ser un “hub financiero” o un “distrito tecnológico”, concentra oficinas, comercios, vivienda, entretenimiento y espacios públicos de calidad, actuando como un microcentro que irradia actividad y eleva el valor del suelo en un radio que puede extenderse por kilómetros. Además de los beneficios tangibles, los megaproyectos catalizadores aportan un elemento intangible pero determinante: el cambio de percepción. Una obra de gran escala bien diseñada y ejecutada envía al mercado una señal de confianza y visión a largo plazo, reduciendo el riesgo percibido e incentivando inversiones complementarias. El efecto de derrame es multisectorial: mejora de infraestructura urbana, fortalecimiento de la identidad y la imagen de la zona, atracción de eventos, turismo y negocios que antes no tenían en su radar el área intervenida. Este círculo virtuoso, si es bien gestionado, puede sostener la valorización y el reposicionamiento urbano durante décadas. Apertura de equipamientos de alto valor social La instalación de equipamientos de alto valor social —como colegios, universidades, hospitales, centros culturales o deportivos— es uno de los motores más consistentes y duraderos de valorización inmobiliaria. Estos proyectos no solo atraen usuarios directos, sino que transforman la dinámica urbana de un barrio, incrementando su atractivo y fortaleciendo su identidad. En primer lugar, actúan como polos de atracción poblacional. La apertura de un colegio de prestigio no solo convoca a estudiantes, sino también a familias que buscan residir cerca para reducir tiempos de traslado y garantizar comodidad. Lo mismo ocurre con universidades y hospitales: además de estudiantes y pacientes, atraen docentes, médicos, investigadores y personal administrativo, generando una demanda sostenida de viviendas y servicios en su entorno inmediato. Su presencia también eleva la percepción de calidad de vida. La proximidad a educación, salud o cultura es un factor decisivo en las decisiones residenciales, especialmente en segmentos medios y altos, y se traduce en una disposición a pagar más por el metro cuadrado. Esto hace que la valorización en zonas con este tipo de equipamientos sea más estable y menos susceptible a ciclos de mercado. A este efecto directo se suma un impacto indirecto sobre la economía local: la llegada de estos equipamientos impulsa la apertura de comercios, farmacias, restaurantes, librerías, cafés y servicios de transporte, creando un ecosistema urbano más activo y seguro. Este dinamismo mejora la reputación del área y consolida su atractivo para inversores, desarrolladores y residentes por igual. Cambios de normativas urbanísticas favorables Los cambios de normativas urbanísticas favorables pueden tener un impacto inmediato y profundo en la valorización de los inmuebles, porque alteran directamente las reglas del juego sobre lo que se puede construir, cómo se puede usar el suelo y qué actividades están permitidas en una zona determinada. En términos simples, una normativa urbana define el “potencial” de un terreno. Si las reglas cambian para permitir mayor altura, más densidad constructiva o un uso mixto que antes estaba restringido, ese terreno automáticamente se vuelve más valioso, incluso sin que se haya hecho ninguna mejora física. Esto también aplica cuando se introducen incentivos fiscales, se flexibilizan retiros, se reducen las exigencias de estacionamientos o se integran áreas al trazado de transporte masivo. En muchos casos, una recalificación puede transformar por completo el perfil de un barrio. Cuando una zona antes residencial de baja densidad pasa a permitir desarrollos de gran altura o con usos comerciales, el valor de los lotes puede multiplicarse, ya que los desarrolladores identifican la oportunidad de maximizar el nuevo potencial edificatorio. En Paraguay, estos cambios han sido decisivos para la transformación de corredores estratégicos. Ejes como Aviadores del Chaco o Molas López, que hasta hace dos décadas estaban dominados por viviendas unifamiliares, se convirtieron en zonas de alta densidad gracias a la flexibilización en altura y usos. Este cambio normativo abrió la puerta al surgimiento de torres residenciales, hoteles y edificios corporativos de gran escala, disparando el valor del metro cuadrado y atrayendo a grandes desarrolladores. El caso de Molas López es ilustrativo: la habilitación para edificios de mayor altura, acompañada por inversiones en infraestructura vial, en la red de cloacas y desagües, provocó un aumento de entre el 30% y el 50% en el valor del suelo en menos de tres años, consolidando el corredor como uno de los más demandados para proyectos residenciales. La normativa favorable no solo estimula el mercado local: también es un imán para el capital extranjero. Inversionistas internacionales suelen analizar con detalle el marco regulatorio antes de decidir una compra de tierra, y una normativa clara, previsible y orientada al desarrollo puede marcar la diferencia entre un área que se estanca y otra que se convierte en un polo de inversión regional. Por el contrario, cuando las normativas se endurecen o imponen restricciones significativas, el efecto puede ser el opuesto: un freno en el dinamismo del mercado y una caída en el atractivo de inversión. De ahí que el seguimiento de cambios regulatorios sea una de las tareas clave para anticipar dónde se producirán las próximas olas de valorización. Marketing por parte de la desarrolladora El marketing inmobiliario, cuando se ejecuta de forma estratégica y sostenida, no solo impulsa la venta de unidades: puede redefinir la identidad urbana de un sector entero y, con ello, catalizar su valorización. En el mercado paraguayo existe un caso paradigmático que lo demuestra: la campaña del “Nuevo Eje Corporativo de Asunción”, lanzada en 2009 por la desarrolladora Capitalis. En ese momento, la empresa estaba ejecutando un ambicioso plan de diez edificios corporativos en un plazo de cinco años, todos concentrados en un área específica de la ciudad. Más allá de la obra física, la verdadera jugada maestra estuvo en la narrativa. A través de artículos en medios, entrevistas y material promocional, se posicionó la idea de que Asunción estaba gestando un nuevo núcleo de oficinas premium, moderno y con proyección internacional. La estrategia tuvo un efecto multiplicador: otros desarrolladores, viendo el potencial comercial y la fuerza del concepto, adoptaron el término en sus propias campañas. El mercado comenzó a percibir la zona no como un conjunto de proyectos independientes, sino como un distrito coherente, con una identidad clara y un potencial de crecimiento diferenciado del resto de la ciudad. Lo más significativo es que esta construcción de marca territorial trascendió la duración de la campaña. Más de una década después, el área sigue siendo conocida como “el Eje Corporativo de Asunción”, una denominación instalada en el imaginario colectivo, presente tanto en la narrativa mediática como en la comunicación de nuevos proyectos. Este caso demuestra que insertar y consolidar un concepto en la mente del público puede revalorizar un área tanto como una inversión en infraestructura física. Cuando un sector logra una identidad reconocible y asociada a atributos positivos —modernidad, concentración de servicios y estatus corporativo—, el valor del suelo y de los inmuebles tiende a aumentar no solo por sus características intrínsecas, sino también por la fuerza de la marca urbana construida. Luego de analizar todos los factores que pueden impulsar la revalorización de un inmueble —infraestructura, polos comerciales, industrias, megaproyectos, equipamientos sociales, cambios normativos y estrategias de marketing—, es fundamental dar un paso más y preguntarse: ¿quién es el que realmente va a capitalizar ese valor adicional? Los inmuebles no aumentan de precio por sí solos. Lo que estos factores hacen es agregar atributos que mejoran su atractivo y funcionalidad. Ese nuevo valor solo se materializa cuando existe un segmento de personas o empresas dispuestas a pagar más por acceder a esos atributos. Por eso, entender al comprador o usuario final es tan importante como analizar el mercado en abstracto. Cada zona tiene un público objetivo diferente y, con él, prioridades distintas. Un barrio que se potencia con un centro comercial de alto nivel atraerá a quienes valoren la oferta gastronómica, el entretenimiento y la seguridad; una zona que incorpora un parque industrial de gran escala será más atractiva para trabajadores y empresas que prioricen la proximidad laboral; un distrito que se redefine con un cambio normativo favorable interesará a desarrolladores que vean margen para maximizar el uso del suelo. En Paraguay, muchos de estos factores no son solo proyecciones: ya están en marcha y en varios casos en etapa de consolidación, con procesos de revalorización visibles. La economía nacional, según la última estimación de la CEPAL, crecerá un 4,0 % este año, por encima del 3,6 % proyectado en abril. Este contexto macroeconómico activo y en expansión favorece que la mayor parte de las zonas urbanas y periurbanas estén en revalorización constante, a medida que nuevos comercios, instituciones educativas, servicios y equipamientos continúan expandiéndose. Pero tan importante como reconocer estos motores de valorización es comprender la dinámica de los compradores: hacia dónde se están desplazando, qué atributos priorizan hoy y cuáles podrían dejar de valorar en el corto o mediano plazo. Los patrones de demanda cambian con la economía, la movilidad, la tecnología y el estilo de vida. Detectar a tiempo esos giros permite anticiparse y posicionar los activos en los lugares y formatos que capturen mejor el valor presente y el que está por venir. En definitiva, la clave no está solo en identificar los elementos que generan valorización, sino en comprender a quién le generan ese valor y qué tan dispuesto está ese público a pagar por él. Es en esa intersección —entre los atributos de la zona y las motivaciones del mercado objetivo— donde la revalorización deja de ser un concepto potencial y se convierte en un retorno tangible.

  • Hipotecas Divisibles: El Régimen que Argentina Ya Reglamentó y que Paraguay Debería Replicar

    Una herramienta jurídica y financiera que transforma el acceso al crédito, moderniza el desarrollo inmobiliario y plantea un modelo replicable para Paraguay. El Gobierno Nacional argentino, a través de la Resolución Conjunta 2/2025 de los Ministerios de Economía y de Justicia, reglamentó de manera oficial la aplicación de las hipotecas divisibles, una herramienta legal y financiera pensada para facilitar el acceso al crédito, dinamizar el desarrollo inmobiliario y reducir el déficit habitacional mediante la formalización del financiamiento de proyectos en obra. Esta medida reglamenta el Decreto 1017/2024, que introduce un nuevo paradigma: el de permitir que un inmueble aún no subdividido pueda ser hipotecado y, posteriormente, al ser dividido en unidades funcionales o parcelas, se distribuya proporcionalmente tanto el crédito como la garantía entre los futuros adquirentes. Esta figura representa un salto cualitativo en la estructuración financiera de desarrollos inmobiliarios y responde a un objetivo claro: liberar el potencial del crédito hipotecario como motor de crecimiento urbano y acceso a la vivienda. En un país donde la informalidad, la desconfianza y los mecanismos tradicionales han limitado durante décadas la bancarización del sector inmobiliario, el régimen de hipotecas divisibles se instala como una vía concreta para destrabar el financiamiento estructurado. La pregunta que naturalmente se plantea desde Paraguay es directa: ¿por qué no adoptar una herramienta similar en nuestro país, donde los desafíos estructurales son muy similares, pero los marcos normativos y registrales aún no están alineados con las nuevas realidades del mercado? Una hipoteca divisible es, en esencia, una garantía real que se constituye sobre un inmueble aún no subdividido —por ejemplo, un edificio en obra— y que, al momento de la escrituración de las unidades individuales, se divide jurídicamente junto con la propiedad del inmueble. De este modo, el crédito hipotecario originalmente otorgado al desarrollador o propietario se fracciona en créditos individuales, y cada comprador asume la porción correspondiente de la deuda garantizada con su propia unidad. La figura es especialmente útil en desarrollos multifamiliares, barrios cerrados, proyectos de propiedad horizontal o urbanizaciones. El nuevo régimen argentino permite constituir esta hipoteca divisible en el acto de otorgamiento inicial, o bien estructurar una hipoteca común sujeta a división futura, con efectos simultáneos al momento de la transferencia dominial de cada unidad. Esta última alternativa es clave para flexibilizar las operaciones. Además, se habilita la inscripción registral de boletos de compraventa sobre unidades futuras, en folios especiales vinculados a la hipoteca madre, lo que otorga seguridad jurídica y trazabilidad a las operaciones de preventa. El régimen también regula el derecho real de superficie, la afectación a propiedad horizontal y la documentación técnica necesaria para operar dentro de este esquema. Tradicionalmente, una hipoteca en un inmueble indiviso impedía al desarrollador escriturar por partes a menos que cancelara íntegramente la deuda. Esto creaba un cuello de botella: ni se podía escriturar sin pagar todo, ni se podía pagar todo sin escriturar (y cobrar). Este dilema forzó a muchos desarrolladores a trabajar con estructuras poco transparentes —cesiones de derechos, contratos privados, fideicomisos no estandarizados— que dificultaban el acceso al crédito formal y elevaban el riesgo para todas las partes. Con las hipotecas divisibles, el modelo se invierte: la deuda y la garantía acompañan a cada unidad, facilitando que el desarrollador transfiera la propiedad sin cancelar el préstamo completo, siempre que el comprador asuma su parte de deuda o la cancele por anticipado. El desarrollador se libera de su responsabilidad en la medida en que transfiere cada unidad con su porción de deuda asumida, y el banco pasa a tener múltiples deudores parciales, con garantías individualizadas. Una vez que se concreta la compra de la unidad, el comprador asume su porción individual de deuda dentro del fideicomiso o estructura financiera del proyecto. Esto implica que el nuevo propietario no paga el valor total de la unidad al contado, sino que asume una deuda hipotecaria asociada exclusivamente a ese departamento. Esa hipoteca, ya segregada del resto del conjunto edilicio, pasa a estar registrada a su nombre y respaldada por la unidad que adquirió. Es decir, no hay una hipoteca única sobre todo el edificio, sino una por cada unidad que se activa al momento de la transferencia. Lo interesante del modelo es que esa deuda puede ser estructurada de manera flexible. Aunque el préstamo original del desarrollador haya sido a corto o mediano plazo —por ejemplo, a tres años— el comprador final puede refinanciar su porción en condiciones propias: convertir el valor correspondiente de su unidad en un crédito hipotecario de largo plazo, a 20 o 25 años, con cuotas mensuales ajustadas a su capacidad de pago.. Esto permite convertir un esquema de financiación corporativa en una solución de acceso al crédito habitacional para personas físicas. El financiamiento puede estructurarse bajo distintos sistemas de amortización (francés, alemán, entre otros), y los términos —tasa, moneda, plazos— pueden ser renegociados en función del perfil del comprador. Además, el deudor puede, con posterioridad a la compra, acudir a otra entidad financiera y realizar una subrogación de hipoteca o incluso cancelar la deuda existente y constituir una nueva en mejores condiciones. Este nivel de portabilidad y flexibilidad es impensable en modelos tradicionales de preventa, donde las unidades se pagan al contado o mediante cuotas directas al desarrollador, sin respaldo bancario ni instrumentos líquidos que permitan apalancamiento. La clave de este modelo radica en que abre la puerta a una mayor bancarización del proceso inmobiliario y habilita esquemas de acceso al crédito que no dependen de la solvencia del desarrollador, sino del comprador final. Además, genera productos financieros más transparentes, con garantías registradas individualmente, lo que mejora la trazabilidad de la deuda y potencia su eventual titularización. En este contexto, la implementación de hipotecas divisibles se presenta como un paso hacia la modernización del crédito inmobiliario y la construcción de un ecosistema más dinámico y seguro para todas las partes involucradas. Es importante aclarar que este régimen no aplica a desarrollos sin financiamiento bancario. No es un instrumento para proyectos financiados únicamente con capital propio o preventas. Para que exista una hipoteca divisible, debe existir una hipoteca, y por ende, un préstamo otorgado con garantía real sobre el inmueble. Sin ese crédito, no hay nada que dividir. Lo que permite la nueva figura es que ese crédito hipotecario no quede atado a la totalidad del inmueble de forma indivisible, sino que pueda fraccionarse jurídica y registralmente. En otras palabras, es un esquema que habilita una nueva forma de financiar obras con respaldo bancario, no un reemplazo del financiamiento tradicional. En Paraguay, la mayoría de los desarrollos inmobiliarios de escala media y alta no se financian mediante préstamos bancarios tradicionales. El modelo predominante se basa en una combinación de capital propio del desarrollador, preventas realizadas en etapa de pozo o construcción, y, en algunos casos, fideicomisos privados. Los bancos, por su parte, suelen mostrarse reticentes a otorgar créditos para la construcción, prefiriendo financiar la compra de unidades ya terminadas por parte de personas físicas. Las razones son múltiples: falta de un marco normativo claro, debilidad en los registros, alta informalidad, dificultad para registrar preventas con valor jurídico y la imposibilidad de dividir garantías hipotecarias. En este escenario, el desarrollador que decide tomar un crédito bancario se encuentra con un obstáculo: no puede escriturar ni transferir unidades mientras exista una hipoteca global sobre el inmueble, salvo que cancele la totalidad de la deuda. Este esquema no solo desalienta el financiamiento bancario, sino que obliga a los actores a operar en un entorno informal o a depender exclusivamente de capital propio, lo que limita la escala, eleva el riesgo y desalienta la inversión extranjera institucional. La adopción de una figura similar a la que ya rige en Argentina permitiría abrir una nueva etapa en la profesionalización del desarrollo inmobiliario en Paraguay, con impactos positivos en múltiples frentes: Mayor acceso al crédito bancario: los bancos podrían otorgar préstamos con respaldo hipotecario que luego se dividen entre múltiples adquirentes, con menor exposición y mayor liquidez. Facilitación de las escrituraciones: el desarrollador podría transferir unidades sin necesidad de cancelar toda la hipoteca, al tiempo que el comprador asume su parte de la deuda con total claridad jurídica. Reducción de la informalidad: se eliminaría la necesidad de operar con cesiones privadas o contratos que no ofrecen seguridad ni trazabilidad. Atracción de fondos institucionales: la posibilidad de estructurar garantías escalables y registradas facilitaría la llegada de capitales institucionales, tanto nacionales como internacionales. Fortalecimiento del régimen de preventas: la inscripción de boletos y contratos con efecto frente a terceros consolidaría un canal formal para financiar obras en etapa de ejecución, con menor riesgo para compradores y entidades financieras. En definitiva, Paraguay necesita dar el paso hacia un sistema jurídico más robusto, que acompañe la evolución natural del mercado. La implementación de las hipotecas divisibles —junto con un régimen de inscripción de boletos y contratos futuros, tal como el Decreto 1017/2024 de Argentina— permitiría un salto cualitativo que impactaría directamente en el crecimiento urbano, la transparencia de las operaciones y la bancarización del sector.

  • Fundamentos Reales de un Mercado en Expansión: Más Allá del Relato Alarmista

    El crecimiento urbano de Asunción responde a una lógica económica concreta, con marcos regulatorios sólidos y un perfil de inversión que desmiente los prejuicios externos. La reciente publicación del diario La Nación de Argentina, titulada “Rascacielos, crisis de vivienda y sospechas de lavado: el dinero argentino alimenta un boom de desarrollos en Paraguay”, propone una lectura alarmista del mercado inmobiliario paraguayo, anclada más en impresiones que en datos. Desde una óptica externa y simplificada, la nota intenta construir un paralelismo entre crecimiento urbano, flujo de capitales y prácticas sospechosas. Sin embargo, al examinar el fenómeno con mayor profundidad, se revela una realidad mucho más compleja y, sobre todo, más profesionalizada de lo que se sugiere. Paraguay no solo ha avanzado de forma significativa en materia de regulación financiera y prevención del lavado de activos, sino que también ostenta uno de los índices más bajos de riesgo en la región. Según el Basel AML Index —que compila información de organismos como el GAFI, el Banco Mundial y Transparencia Internacional— Paraguay registró en 2024 un puntaje de riesgo de 5, una baja respecto al 5,07 del año anterior, consolidando una tendencia descendente desde 2017. Dentro del contexto latinoamericano, el país figura entre los mejor posicionados en este indicador, lo cual desmiente categóricamente cualquier sugerencia de descontrol o permisividad institucional. La evolución regulatoria ha sido contundente. Aunque el sector inmobiliario fue considerado sujeto obligado desde 2007, no fue sino hasta la Resolución 94/2019 de la SEPRELAD que se definió con precisión quiénes debían cumplir con los requisitos de prevención: inmobiliarias, corredores, desarrolladores, comisionistas. Esta normativa fue ampliada de forma aún más estructurada en 2020, con la Resolución 201, que introdujo exigencias de manuales de cumplimiento, auditoría, políticas KYC y reportes obligatorios. Desde entonces, el sector pasó a estar fuertemente supervisado, con un régimen de sanciones que ha golpeado sobre todo a quienes no se adaptaron rápidamente a estas exigencias. Hoy en día, las inmobiliarias son el segundo grupo más numeroso de sujetos obligados en la SEPRELAD, solo detrás de las organizaciones sin fines de lucro, lo que confirma el grado de formalización y control que rige sobre esta actividad. Frente a ello, sorprende la liviandad con la que se emiten juicios en la nota argentina. Una afirmación particularmente llamativa es la que sugiere la existencia de una burbuja inmobiliaria en Asunción. No es la primera vez que se anuncia su inminencia: desde 2011 circulan pronósticos similares, todos desmentidos por la evolución sostenida —aunque no descontrolada— del mercado. El crecimiento en Asunción tiene lógica y fundamentos. Un ejemplo claro es el modelo de plusvalía en preventa. Muchos desarrolladores venden unidades en pozo a valores menores que los de mercado, y el inversor obtiene una ganancia al momento de la entrega. Ese margen de valorización no es producto de una burbuja especulativa, sino de un esquema lógico de captación de capital durante la obra. Además, si la zona donde se construye mejora su infraestructura, servicios y conectividad, ese capital sigue creciendo. De hecho, al hablar con numerosos agentes inmobiliarios en Asunción, la percepción generalizada es que, si bien existe oferta de departamentos terminados tanto en venta como en alquiler, no es tan abundante ni tan fácil de encontrar como podría suponerse desde afuera. Muchos productos con buena ubicación, diseño atractivo y precios razonables tienden a absorberse rápidamente, sobre todo en zonas con infraestructura consolidada o donde se concentra la demanda de jóvenes profesionales, parejas o extranjeros que buscan vivir cerca de sus centros de actividad. Esto también explica por qué ciertos edificios nuevos muestran una alta rotación o incluso listas de espera para determinadas tipologías. Por otro lado, no toda la oferta inmobiliaria tiene el mismo comportamiento. Hay edificios de lujo que aún tienen unidades disponibles incluso años después de su finalización, lo cual no necesariamente responde a una sobreoferta estructural general, sino que a una demanda naturalmente más acotada. El segmento de lujo implica departamentos de mayor metros cuadrados, con precios por metro cuadrado por encima del promedio, y cuya clientela potencial —clase alta local o internacional— suele preferir viviendas unifamiliares. En cambio, edificios semilujo, mejor ubicados, con unidades más compactas, bien diseñadas y con una relación precio-calidad más ajustada, muestran altos niveles de ocupación e incluso reventa activa. Pero lo que probablemente más distorsiona la percepción externa es el fenómeno de los departamentos aparentemente desocupados por la noche. A simple vista, un edificio con pocas luces encendidas puede parecer vacío, pero esa observación no resiste un análisis serio. Muchas viviendas están efectivamente ocupadas, pero la luz encendida en el living o la habitación principal no siempre es visible desde la calle. Cortinas blackout, vidrios espejados, balcones techados o interiores con disposición hacia patios internos impiden esa observación directa. En otros casos, las unidades se destinan a alquiler temporario o están en fases de ocupación normal, especialmente en edificios recién entregados. El perfil del comprador extranjero también cambia la lectura. Muchos argentinos, bolivanos y brasileños compran departamentos en Paraguay como resguardo de capital, dadas las condiciones macroeconómicas de sus países de origen. Esto no implica desuso ni improductividad, sino una lógica de diversificación patrimonial. Además, muchos de estos departamentos se alquilan mediante plataformas como Airbnb o Booking, con rotación variable según la temporada, o están simplemente en pausa entre contratos de alquiler. En un contexto de crecimiento demográfico y urbanización, la vacancia momentánea no puede interpretarse como sinónimo de falla estructural del mercado. La periodista argentina también omite otro dato crucial: los bienes incautados por causas relacionadas al lavado de activos en Paraguay son mayoritariamente casas, estancias, terrenos baldíos o propiedades rurales. Según los registros públicos de remates de la SENABICO, apenas dos departamentos ubicados en edificios antiguos del microcentro fueron subastados en los últimos años. El peso inmobiliario dentro del universo de bienes incautados es marginal, lo que debilita la tesis de que los desarrollos verticales de Asunción serían el vehículo preferido para operaciones ilícitas. En lugar de seguir reproduciendo miradas externas basadas en generalizaciones o prejuicios, es momento de asumir una conversación más rigurosa sobre el futuro urbano de Asunción. El mercado inmobiliario paraguayo no es perfecto, pero está lejos de ser una anomalía latinoamericana. Su crecimiento responde a fundamentos claros: macroeconomía estable, baja carga impositiva, inflación controlada, una clase media en expansión, y un ecosistema de desarrolladores que —con matices— ha profesionalizado cada vez más su propuesta. Paraguay no es tierra de especuladores. Es tierra de oportunidades, sí, pero también de reglas que se han ido consolidando, con un Estado más presente y un sector privado que, en muchos casos, busca hacer las cosas bien. Y si hay algo que sí necesita el sector, no son alertas sin fundamento, sino más análisis serios, más datos y más periodismo económico de calidad.

  • Invertir No Es Comprar Barato: Una Mirada Crítica a la Rentabilidad Mal Entendida en el Mercado Inmobiliario Paraguayo

    Una crítica a la lógica reduccionista del “precio bajo” como sinónimo de oportunidad, y un llamado a evaluar la inversión inmobiliaria desde el valor real, la liquidez y la sostenibilidad a largo plazo. En un mercado aún en proceso de maduración como el paraguayo, persiste una noción distorsionada —y profundamente arraigada— sobre lo que significa invertir en el rubro inmobiliario. Con frecuencia, se asocia de forma automática la palabra “oportunidad” con el hecho de acceder a un inmueble de precio bajo o de precio por metro cuadrado bajo, sin un análisis más profundo sobre su verdadero comportamiento como activo de inversión. Esta lectura, aunque tentadora para quien busca multiplicar su capital sin asumir grandes riesgos, suele ser engañosa. Y en muchos casos, termina generando más pérdidas que beneficios. La rentabilidad inmobiliaria no puede ni debe medirse únicamente por el precio de entrada. La diferencia entre precio y valor, entre costo inicial y retorno neto, es fundamental para comprender cómo se construye una inversión sólida, sostenible y financieramente estratégica. Y esa diferencia, en Paraguay, marca con claridad la línea entre un activo con potencial y uno simplemente barato. El precio es el monto que se paga. El valor es lo que se obtiene a cambio. En el sector inmobiliario, esta diferencia se expresa en elementos como la ubicación, la calidad del diseño y la construcción, el prestigio del desarrollador, el prestigio de la constructora, la liquidez del producto, su comportamiento en el mercado secundario, la ocupación proyectada, la demanda de alquiler, la estabilidad jurídica, y la reputación del activo como resguardo patrimonial. Un departamento vendido a USD 45.000 en la periferia de la ciudad puede parecer una oportunidad atractiva desde lo numérico. Sin embargo, si ese inmueble carece de una red urbana consolidada, si está inserto en un proyecto sin respaldo técnico ni comercial, si la demanda de alquiler es inestable o si la reventa está restringida por la escasa liquidez del producto, el supuesto “ahorro” inicial se diluye rápidamente. En contraste, un departamento de USD 90.000 en un eje urbano denso, bien conectado, con sólida demanda de alquiler y respaldo institucional, puede tener una rentabilidad más baja en términos porcentuales brutos, pero ofrecer un retorno neto superior, sostenido y predecible. Inclusive dentro de un mismo barrio, es posible encontrar diferencias notables entre proyectos que, en apariencia, comparten una ubicación similar. Un departamento puede ofrecerse a USD 1.300 el metro cuadrado, mientras que otro, a escasos metros de distancia, se comercializa a USD 1.800 el metro cuadrado. A simple vista, la opción más barata parecería más atractiva, pero la diferencia puede explicarse —y justificarse— por múltiples factores: el diseño arquitectónico, la calidad de materiales, los espacios comunes, la altura de los cielorrasos, el perfil del desarrollador, el tipo de administración proyectada, e incluso la calle específica en la que se encuentra el inmueble y su relación con el tejido urbano. Esa diferencia de precio suele ser, en realidad, una diferencia de valor. Evaluar una inversión inmobiliaria implica comprender estas sutilezas, y saber que lo que se paga de más no siempre es un sobreprecio, sino una prima por liquidez, previsibilidad y menor exposición al riesgo. Uno de los errores más frecuentes es limitar la medición de la rentabilidad al cociente entre la renta mensual y el valor de compra. Esta fórmula, útil como referencia rápida, no contempla factores críticos como vacancia, gastos comunes, administración, impuestos, mantenimiento, seguros, depreciación y —sobre todo— salida del activo. En Paraguay, donde el mercado secundario aún es poco transparente y está poco desarrollado, la verdadera rentabilidad debe incorporar también el análisis de liquidez. ¿Cuánto tiempo lleva vender esa propiedad si se requiere hacerlo? ¿Cuántas ofertas se reciben realmente? ¿Existe un público dispuesto a pagar por ese producto sin necesidad de rematarlo? Un activo de “alta rentabilidad” con vacancia crónica o sin mercado de reventa pierde su atractivo como inversión, por más que haya sido adquirido a bajo costo. En mercados maduros, el análisis de inversión inmobiliaria siempre considera tres pilares: liquidez, proyección y respaldo. En Paraguay, estas variables son frecuentemente ignoradas o mal ponderadas. Liquidez: Es la capacidad del activo de convertirse en efectivo sin perder valor. Un inmueble puede ofrecer altos retornos en papel, pero si no se puede vender en el corto o mediano plazo, o si debe rematarse para generar liquidez, su utilidad como inversión se ve severamente limitada. Esto aplica especialmente a departamentos en proyectos poco consolidados, sin administración profesional ni posicionamiento en el mercado. Proyección: No se trata solo de si la zona “va a crecer”, sino de si hay una lógica urbana que respalde ese crecimiento. Infraestructura pública, equipamientos, conectividad, desarrollo de usos mixtos, cercanía a nodos económicos. Sin estos factores, la proyección queda atada a narrativas especulativas sin anclaje real. Respaldo: En Paraguay, la informalidad y la falta de trazabilidad de muchos desarrolladores sigue siendo un problema serio. Elegir un producto desarrollado por un actor con experiencia comprobada, trayectoria en entregas, cumplimiento normativo, gestión postventa y solvencia técnica reduce el riesgo y aporta valor real. La diferencia entre proyectos similares, pero con distintos promotores, puede medirse en años de estabilidad o en meses de litigios. Hay una tendencia creciente en el mercado local a presentar productos de bajo ticket como “democratización de la inversión”, cuando en realidad se trata de esquemas financieramente inviables sostenidos por marketing agresivo y promesas infladas. La ausencia de regulaciones estrictas y la falta de educación financiera favorecen la proliferación de estos modelos. Departamentos en pozo vendidos por debajo de los costos reales de construcción y comercialización, zonas periféricas sin servicios mínimos donde se promete “alta rentabilidad”, o proyectos sin respaldo técnico que seducen con cuotas accesibles pero sin entregar escritura ni garantizar ocupación, son ejemplos de falsas oportunidades que abundan en el mercado. En este contexto, la responsabilidad del inversor —y del asesor inmobiliario— es elevar el nivel de análisis. Preguntar más allá del precio. Cuestionar proyecciones. Exigir respaldo. En el mercado inmobiliario paraguayo, donde la oferta crece rápidamente pero la demanda calificada aún es limitada, invertir de forma inteligente implica comprender que el precio bajo no es sinónimo de oportunidad. Y que la rentabilidad verdadera se construye con tiempo, estrategia y criterio técnico. Una inversión sólida no se basa en la ilusión de un retorno rápido, sino en la construcción de un activo estable, líquido, proyectado, con demanda real y respaldo concreto. El desafío está en dejar de mirar solo el precio y empezar a mirar el valor. Porque en este mercado —como en cualquier otro— el verdadero inversor no es quien compra barato, sino quien compra bien.

  • Grupo Fénix Lanza NIX Recoleta: Un Proyecto Residencial Pensado para Inversores

    Con monoambientes desde 30 m² y unidades de un dormitorio de 45 m², NIX Recoleta responde a la demanda de alquiler tradicional y temporario, captando desde su preventa el interés de inversores que acceden a tickets desde USD 46.000. Grupo Fénix, con más de una década de experiencia asesorando a inversores en el mercado inmobiliario paraguayo, presenta su primer desarrollo propio: NIX Recoleta, un proyecto residencial que conjuga propósito, rentabilidad y sentido estético en una de las zonas con mayor proyección de la capital. Concebido específicamente para quienes buscan una inversión estratégica, NIX Recoleta se emplaza sobre Cuartel de la Rivera 4826, en pleno corazón del barrio Recoleta. Tradicionalmente residencial, Recoleta se transforma hoy en un nuevo eje urbano de alta densidad, donde conviven el auge de desarrollos corporativos y residenciales con una creciente oferta gastronómica y comercial. A pasos de La Cuadrita —la única peatonal gastronómica de Asunción—, del Shopping Mariscal y de una red consolidada de cafés, tiendas y servicios, el entorno inmediato del proyecto articula centralidad, conectividad y calidad de vida. En este contexto, NIX Recoleta se presenta como una propuesta de escala media —70 departamentos distribuidos en 7 plantas habitables, más una azotea con amenities— orientada a responder a la creciente demanda de renta urbana, tanto tradicional como temporaria. La estrategia de producto se basa en una tipología eficiente: monoambientes de 30 m² promedio y unidades de un dormitorio de 45 m², pensadas para alquiler en plataformas como Airbnb o para alquiler tradicional. Acompañadas de 24 cocheras, estas unidades fueron diseñadas para maximizar la rotación, la ocupación y el valor de reventa, priorizando atributos como practicidad, ubicación y bajo costo operativo. Desde la preventa, la propuesta fue bien recibida por un público inversor joven, que encuentra en NIX Recoleta una oportunidad concreta de entrada al mercado. Los monoambientes se comercializan desde USD 46.000, incluyendo mobiliario completo y cochera, mientras que las unidades de un dormitorio parten de USD 58.000, con la opción de agregar cochera y equipamiento. La financiación durante obra —con un plazo de 24 meses y sin intereses— permite escalonar pagos, facilitando el acceso a quienes inician su camino en la inversión inmobiliaria. NIX Recoleta incorpora un sistema de inmótica desarrollado por ITE, con sensores de presencia en áreas comunes que permiten ahorros energéticos de hasta el 30%, control de accesos mediante tarjeta, celular o llavero, y cerraduras digitales que se integran con asistentes virtuales. Todas las unidades incluyen Alexa como interfaz de control de entorno, y las funciones pueden gestionarse de forma remota desde dispositivos móviles. Esta tecnología apunta no solo a la comodidad del usuario, sino también a optimizar la administración a distancia, clave en modelos de renta temporaria. A esta solución tecnológica se suma una unidad de administración centralizada, que se encargará de toda la gestión operativa de las unidades, desde la ocupación hasta el mantenimiento, permitiendo a los propietarios delegar completamente la gestión y recibir únicamente el rendimiento y retorno de su inversión. Esta estructura está pensada para quienes desean participar del mercado inmobiliario sin asumir tareas adicionales, asegurando una experiencia ágil, eficiente y profesional. En términos de amenities, el edificio se inspira en la infraestructura hotelera y las necesidades del viajero urbano. Contará con piscina, gimnasio, coworking, quincho climatizado con parrilla y laundry, espacios funcionales que permiten desde mantener rutinas laborales o de entrenamiento hasta recibir visitas y resolver tareas cotidianas sin salir del edificio. Esta lógica integral refuerza la vocación del proyecto como producto de inversión de alta rotación, con servicios que responden a un público diverso: turistas, ejecutivos, residentes temporarios o propietarios que buscan rentabilidad sin renunciar a la calidad. Uno de los elementos más singulares de NIX Recoleta es la integración del arte como parte estructural del proyecto. El reconocido artista paraguayo Antonio Barú ha sido convocado para crear una obra mural que se convertirá en el ícono visual del edificio. Su lenguaje plástico, profundamente conectado con la espiritualidad guaraní, se expresa en símbolos, geometrías sagradas y paisajes internos que buscan reconectar con la memoria ancestral del Paraguay. Su intervención no es meramente decorativa: es un punto de anclaje conceptual que conecta el edificio con su propósito original de ser un espacio de creación, expansión y autenticidad. La obra tendrá una duración estimada de 20 meses y comenzará el próximo 28 de agosto de 2025. Detrás de NIX Recoleta hay una visión: la de construir desde el centro, desde lo esencial. Grupo Fénix transmite en este proyecto su filosofía de inversión con propósito, enfocada en brindar seguridad, retorno y valor a largo plazo. No se trata solo de colocar capital en ladrillos, sino de hacerlo en un producto concebido con coherencia, conocimiento de mercado y una identidad clara. La ejecución de NIX Recoleta ha sido proyectada por SIAR Ingeniería, una de las empresas con mayor trayectoria en el sector. Con más de 40 años de experiencia y un historial de más de 450 obras ejecutadas en todo el país, SIAR S.R.L. se ha consolidado como un referente en términos de cumplimiento, profesionalismo y capacidad operativa. Respaldada por un equipo de más de 500 contratistas y obreros, su participación en el proyecto garantiza estándares técnicos elevados y una ejecución ajustada a los más altos niveles de exigencia. La elección de SIAR responde a una visión que prioriza no solo la calidad constructiva, sino también la confianza y la previsibilidad a lo largo del desarrollo de la obra. El cálculo estructural estará a cargo del Ing. Francisco Muñizaga, reconocido por su solvencia técnica y experiencia en obras de mediana y gran envergadura. En un contexto urbano donde la demanda por renta temporaria se consolida y la búsqueda de activos con valor real cobra fuerza, NIX Recoleta representa una oportunidad precisa: accesible en precio, clara en su posicionamiento, respaldada por experiencia y construida para permanecer. Para conocer más sobre NIX Recoleta completa el siguiente formulario:

  • Veralta: El Desarrollo que Consolida la Vida de Club como Estilo de Vida en Los Laureles

    Asunción suma un nuevo protagonista a su escena inmobiliaria con la llegada de Veralta, un proyecto residencial que se propone redefinir el concepto de calidad de vida en uno de los barrios más codiciados de la capital: Los Laureles. Ubicado sobre la esquina de Alas Paraguayas y Serafina Dávalos, este complejo se inserta en un entorno consolidado y altamente valorado, rodeado de colegios, supermercados, centros comerciales y principales arterias urbanas. La ubicación no solo garantiza accesibilidad, sino también un contexto residencial tranquilo, ideal para quienes buscan vivir con equilibrio entre la calma y el movimiento. Desde su presentación al mercado, Veralta ha despertado un interés notable, posicionándose con fuerza entre las opciones de mayor potencial en Asunción. En apenas tres meses, el desarrollo ha colocado más del 20% de las unidades en la etapa de preventa, lo que evidencia tanto el atractivo del producto como la confianza que genera entre compradores e inversores. La velocidad de ventas anticipa una respuesta positiva del mercado y subraya la oportunidad de ingresar en una etapa temprana a un proyecto con proyección de plusvalía. Veralta Los Laureles ofrece unidades habitacionales diseñadas para adaptarse a distintos perfiles de usuarios. La propuesta incluye monoambientes, ideales para jóvenes profesionales, estudiantes o como primer inversión inmobiliaria; departamentos de un dormitorio, pensados para quienes buscan independencia sin resignar confort; unidades de dos dormitorios de 80 m² a 103 m², perfectas para parejas o familias pequeñas que priorizan amplitud y funcionalidad; y departamentos de tres dormitorios, que se destacan por su generosa distribución, espacios de guardado y diseño contemporáneo. Cada unidad ha sido proyectada con una distribución funcional, materiales de alta calidad y una estética moderna. Los ambientes privilegian la comodidad y la eficiencia, con espacios pensados para el disfrute cotidiano, tanto para quienes eligen habitar como para quienes buscan una inversión segura y con retorno. El concepto de "vida de club" es uno de los sellos distintivos del proyecto. Veralta propone una experiencia residencial integral, en la que los espacios comunes se transforman en verdaderas extensiones del hogar. El desarrollo contempla una cancha de pádel, piscina con solárium, gimnasio completamente equipado, quinchos, salas de eventos y más de 1.200 metros cuadrados de áreas verdes. En el centro de esta propuesta se ubica la Casa Club, un espacio concebido para el encuentro y la vida social de los residentes, con salas para eventos, sector de juegos, bar, área de plaza cubierta y un ambiente pensado para cada etapa de la vida, incluyendo un Kids Room y parque infantil techado. Esta infraestructura aporta un valor diferencial que excede la vivienda y fortalece el sentido de comunidad dentro del proyecto. A nivel comercial, Veralta se presenta como una alternativa competitiva, con precios alineados a la calidad del producto y diversas modalidades de financiación, incluyendo opciones propias, acuerdos con bancos como Itaú y Sudameris, así como planes para compradores al contado. Esta flexibilidad, sumada a la proyección de plusvalía y el respaldo de desarrolladoras reconocidas, consolida a Veralta como una propuesta atractiva para primera vivienda o inversión inmobiliaria. El proyecto tiene como fecha estimada de entrega diciembre de 2027 y es co-desarrollado por Creo Inmuebles y Altamira Group, dos firmas con trayectoria destacada en el sector. Creo Inmuebles es una empresa desarrolladora especializada en proyectos de vivienda que priorizan la funcionalidad, la eficiencia espacial y el diseño arquitectónico de alto nivel. Su enfoque se centra en maximizar el uso inteligente del espacio disponible sin comprometer la estética ni la calidad de vida de los residentes. La firma se caracteriza por la utilización de materiales duraderos, acabados modernos y una visión orientada a crear soluciones habitacionales que respondan a las necesidades reales del mercado, tanto en términos de habitabilidad como de inversión a largo plazo. Altamira Group, por su parte, es una desarrolladora inmobiliaria con más de 25 años de trayectoria internacional y una presencia consolidada en Paraguay desde hace más de 8 años. Su modelo de gestión integral 360° abarca todas las etapas del proceso inmobiliario: desde la arquitectura y la construcción hasta la comercialización y administración de sus propios consorcios. Altamira se distingue por contar con un equipo multidisciplinario altamente capacitado, tecnologías constructivas innovadoras y una política de mejora continua centrada en la calidad, la sostenibilidad y la funcionalidad. Su principal fortaleza radica en la construcción propia, lo que le permite garantizar estándares elevados, cumplimiento de plazos y un fuerte compromiso con la experiencia del cliente. Con un concepto claro, gran respaldo empresarial y una propuesta pensada para el estilo de vida contemporáneo, Veralta se posiciona como uno de los desarrollos más interesantes en curso dentro del mercado inmobiliario paraguayo. Los interesados pueden agendar su visita al showroom o solicitar una propuesta personalizada completando el siguiente formulario:

  • ¿Funciona la Exclusiva en Propiedades a la Venta? Lo Que Todo Propietario y Desarrollador Debería Evaluar

    En un mercado inmobiliario cada vez más competitivo, la figura de la exclusiva se posiciona como una herramienta estratégica que puede marcar la diferencia entre una venta exitosa y un inmueble que permanece sin venderse durante meses. Pero no siempre es la solución ideal. Su eficacia depende de múltiples factores: desde la reputación del agente hasta la naturaleza del producto, el momento de mercado y la estrategia de comercialización. Entonces, ¿cuándo conviene otorgar la exclusiva y cuándo puede jugar en contra? Otorgar la exclusiva significa confiar la venta o alquiler de un inmueble a un único intermediario, generalmente por un plazo determinado. En teoría, este acuerdo garantiza que el agente inmobiliario se comprometa al máximo, invierta en marketing, organice recorridos personalizados y negocie con propiedad, sabiendo que no competirá con otros por la comisión. Desde la perspectiva del desarrollador o propietario, la lógica parece sólida: una sola voz que comunica el producto con claridad, un canal de contacto ordenado y una estrategia coherente sin fragmentación de precios, versiones ni relatos. En mercados más maduros, la exclusiva es casi un estándar para propiedades en venta. Pero en Paraguay, su aplicación aún genera dudas. En parte porque el mercado está menos profesionalizado, y en parte porque muchos clientes han tenido malas experiencias: exclusivas sin resultados, promesas incumplidas o agentes que no activan canales ni redes. La exclusiva funciona especialmente bien en contextos donde el agente o inmobiliaria tiene posicionamiento en el mercado, una red activa de contactos y capacidad de generar contenido diferencial para impulsar el inmueble. También cuando el producto necesita una narrativa curada, un proceso de venta consultivo o filtros específicos para el perfil del comprador. Es decir, cuando no se trata de vender un lote más, sino de comunicar un concepto, defender una propuesta de valor o posicionar un desarrollo en un mercado saturado. La exclusiva da resultados cuando el agente se involucra, responde rápido, conoce el producto en profundidad y mantiene una comunicación transparente con el propietario. Sin ese compromiso, no hay cláusula que garantice el éxito. Sin embargo, la exclusiva también puede jugar en contra cuando se otorga sin criterio o sin evaluar la capacidad real del intermediario. Si el agente no tiene los recursos ni la red para activar la propiedad, si simplemente la publica en los mismos portales sin estrategia, o si desincentiva la colaboración con otros colegas, lo que se logra es limitar artificialmente la exposición del inmueble y postergar su venta. Esto se agrava cuando el producto no está bien ubicado en precio, tiene documentación irregular o directamente no cuenta con demanda clara. En esos casos, cerrar el canal a una sola inmobiliaria puede volverse un error estratégico. Más allá del marco operativo, la exclusiva también incide en la percepción del mercado. Un producto que no rota dentro del plazo previsto —y que permanece durante meses exclusivamente en manos de un solo canal sin resultados— corre el riesgo de quedar “quemado” en la mente del comprador. En un entorno tan digitalizado como el actual, donde los interesados suelen ver las mismas publicaciones repetidamente, un inmueble que no cambia de estado, precio o narrativa se asocia rápidamente a una propiedad problemática o sobrevalorada. La falta de movimiento genera desconfianza, y esa desconfianza es difícil de revertir incluso cuando se ajustan las condiciones. En este sentido, la exclusiva no solo tiene un costo comercial, sino también simbólico: puede debilitar el posicionamiento de un proyecto si no está correctamente activada y sostenida con inteligencia de mercado. Una idea equivocada que muchos propietarios tienen es que firmar una exclusiva significa desentenderse del proceso. En realidad, la exclusiva exige más compromiso: requiere un seguimiento constante, indicadores de avance, revisiones periódicas de precio y estrategia. Una exclusiva sin rendición de cuentas es solo un acto de fe. Y en un mercado que evoluciona rápidamente, la fe sin datos no alcanza. Hoy, algunos desarrolladores están optando por esquemas intermedios: exclusivas por etapas, exclusivas compartidas con agencias de confianza, o contratos con metas concretas y tiempos definidos. Estos modelos híbridos buscan combinar el foco y el orden que da la exclusiva con la flexibilidad que exige el mercado. En contextos dinámicos, con productos de alta rotación o volumen, abrir más de un canal puede ser más eficaz que centralizar todo en un solo interlocutor. Ahora bien, cuando se trata de propietarios individuales que venden una propiedad puntual —una casa familiar, un departamento heredado, un terreno sin construir o incluso una unidad de inversión—, la lógica cambia por completo. En estos casos, otorgar una exclusiva a un agente profesional suele ser no solo conveniente, sino deseable. A diferencia de los desarrolladores, que manejan grandes volúmenes de stock y tienen estructuras comerciales propias o tercerizadas, el propietario particular no vive del negocio inmobiliario y generalmente no tiene tiempo, conocimientos ni recursos para gestionar múltiples relaciones en paralelo. Coordinar con varios agentes, filtrar visitas, revisar publicaciones duplicadas, lidiar con versiones contradictorias de precio o condiciones, e incluso recibir llamados a horas inapropiadas se convierte, muy rápidamente, en una carga emocional y operativa. En ese contexto, trabajar con un solo interlocutor permite ordenar el proceso, profesionalizar la comunicación y canalizar todos los esfuerzos hacia una estrategia coherente y bien ejecutada. La exclusiva no solo evita la superposición caótica de anuncios —que muchas veces deteriora la imagen del inmueble—, sino que además permite establecer una relación más cercana y comprometida entre propietario y agente. Hay mayor responsabilidad, mejor seguimiento, y un flujo de información más transparente. Incluso desde lo emocional, para alguien que está vendiendo su hogar o una propiedad con valor afectivo, tener una única persona de confianza que lo acompañe en el proceso reduce significativamente la ansiedad y da mayor contención. Por supuesto, esta confianza no puede ser ciega. El propietario sigue teniendo el deber de verificar a quién le está entregando la exclusiva: su experiencia, su reputación, su capacidad de respuesta, y el tipo de estrategia que planea implementar. Pero cuando se elige bien, el resultado suele ser superior a dispersar el inmueble entre múltiples canales con poca coordinación. En este tipo de operaciones individuales, la exclusiva bien aplicada no solo protege los intereses del vendedor, sino que también mejora la experiencia del comprador, quien encuentra una propuesta más clara, coherente y cuidada. En la práctica actual del mercado paraguayo, especialmente en el segmento de nuevos desarrollos, la exclusiva muchas veces deja de ser una ventaja y pasa a ser una limitación. Con una creciente cantidad de agentes independientes, redes comerciales informales y agencias establecidas operando al mismo tiempo, restringir la comercialización a un solo canal implica renunciar a un ecosistema que hoy mueve una parte sustancial del volumen de ventas. Además, en un contexto donde la oferta inmobiliaria ha crecido de forma significativa y los proyectos compiten por captar la atención de un público cada vez más informado y exigente, es habitual que los agentes comparen productos de características similares. Si entre dos opciones equivalentes en precio, ubicación y calidad, uno de los proyectos ofrece una comisión completa y el otro tiene exclusiva (y por ende una comisión dividida), el incentivo es claro: la recomendación irá naturalmente hacia el que deja mayor margen al intermediario. Esta dinámica, aunque no siempre explícita, se repite con frecuencia y explica por qué muchos desarrolladores optan por abrir su canal de ventas a toda la red de brokers, priorizando la capilaridad antes que el control absoluto del discurso comercial. La exclusiva no es ni buena ni mala por sí misma. Es una herramienta. Y como toda herramienta, su valor depende de quién la utilice, cómo lo haga y en qué momento del proceso se aplique. Otorgar una exclusiva sin claridad estratégica, sin expectativas compartidas y sin una revisión crítica de su ejecución puede ser tan perjudicial como no otorgarla cuando sí corresponde. La pregunta que debe hacerse todo propietario o desarrollador antes de firmar es sencilla pero profunda: ¿estoy entregando mi inmueble a alguien que realmente puede llevarlo a su máximo potencial, o simplemente estoy cediendo el control esperando que algo ocurra? La respuesta a esa pregunta —más que cualquier cláusula contractual— es lo que determinará si la exclusiva funciona… o no.

  • Torre Faro en Marena: Una Nueva Forma de Invertir en Ladrillos

    En un entorno urbano en plena expansión, a minutos del eje corporativo de Asunción, emerge una propuesta que desafía los modelos tradicionales de acceso a la vivienda: Torre Faro combina financiación inédita, una experiencia residencial de alto estándar y un entorno natural diseñado para vivir la ciudad como si fuera un resort. En un mercado donde los esquemas tradicionales de financiación limitan el acceso a la inversión inmobiliaria, surgen propuestas que buscan romper con esa lógica sin renunciar a la calidad ni al potencial de valorización. Torre Faro, la sexta torre del proyecto Marena desarrollado por EYDISA Desarrollos Inmobiliarios, encarna precisamente esa visión. Es una apuesta por un modelo accesible, sostenible y con enorme proyección, enmarcada dentro de un megaproyecto residencial que redefine el concepto de vivir en la ciudad con ambiente de resort. Marena se desarrolla sobre la calle 12 de Junio, a tan solo 3,5 kilómetros del eje corporativo de Asunción y a escasas cuadras del Club Internacional de Tenis. En una zona que se encuentra en plena expansión urbana y donde se concentran varios desarrolladores de primer nivel, EYDISA avanza con un emprendimiento de escala inédita: un condominio cerrado con seguridad, amenities de alto estándar y una laguna cristalina con tecnología Crystal Lagoons®, rodeada de playas, palmeras y un equipamiento que apunta a elevar la calidad de vida de sus residentes. En este contexto, Torre Faro se posiciona como un producto único, tanto por su concepto como por sus condiciones comerciales. Vistas panorámicas desde la Torre Faro Marena no es simplemente un desarrollo inmobiliario con buenos amenities. Es un ecosistema residencial planificado alrededor de un recurso que marca la diferencia: una laguna de agua cristalina, apta para actividades como kayak, paddle board, natación. Esta laguna, desarrollada con la reconocida tecnología Crystal Lagoons®, permite vivir la experiencia de playa dentro de la ciudad, los 365 días del año. La primera torre del complejo, Brisa, ya está en obra y será entregada con la laguna terminada en julio de 2026. La segunda torre, Arena, iniciará su construcción en agosto de 2025. Cada torre se entrega de forma escalonada año tras año, consolidando progresivamente el conjunto residencial. Faro, como sexta torre del complejo, mantiene su propia lógica dentro de esta secuencia. El rasgo más distintivo de Torre Faro no es su arquitectura, su ubicación ni sus vistas a la laguna —aunque todo eso forma parte del atractivo—, sino el modelo de financiación que plantea. A diferencia del esquema clásico de entrega del 25% más cuotas durante obra, Faro propone una entrega inicial de apenas el 5% del valor de la unidad y un plan de 100 cuotas fijas, sin intereses. Este modelo, que implica un horizonte de entrega estimado en 100 meses (aproximadamente ocho años), permite abrir las puertas de la inversión inmobiliaria a un segmento del mercado históricamente excluido por las exigencias iniciales de capital. Lejos de tratarse de un plan de ahorro, se trata de una compraventa directa: cada inversor firma por la unidad específica que desea —su tipología, altura y orientación—, congelando el precio desde el momento de la firma. El producto apunta tanto a pequeños ahorristas que buscan capitalizarse a largo plazo como a inversores con mayor capacidad financiera que ven en Faro una forma estratégica de diversificar. Con una cuota mensual que comienza en USD 788 para monoambientes y llega a los USD 2.200 en unidades de tres dormitorios, el abanico de posibilidades se adapta a distintos perfiles. El verdadero diferencial de Torre Faro no solo está en el valor de las cuotas, sino en su lógica de valorización. El inversor accede hoy a precios iniciales, pero en ocho años recibirá un activo cuya plusvalía acumulada —considerando inflación, consolidación del barrio, finalización de la laguna y saturación de unidades disponibles— puede representar un incremento estimado importante, sin contar la renta futura. A esto se suma la posibilidad de disfrutar desde los primeros años del condominio y sus amenities, incluso antes de recibir la unidad, algo que no es habitual en este tipo de esquemas a largo plazo. En un mercado con escasas alternativas de turismo interno o escapadas de fin de semana, las unidades de Marena , por su ubicación y amenities, también abren la puerta a un mercado creciente de alquiler temporal entre asuncenos, sumando una demanda alternativa a la tradicional de alquiler residencial o corporativo. Marena se compone de ocho torres residenciales con amplios balcones y vistas abiertas hacia la laguna. Los edificios están rodeados por una extensa playa de arena blanca, palmeras, jardines, y una serie de espacios comunes pensados para ofrecer una experiencia de vida integral. Entre los amenities se incluyen canchas de fútbol, beach volley y pádel; gimnasio con vista a la laguna; spa con sauna y salas de masajes; coworking; salón de eventos; club house con restaurante; salas de juego para niños; jardines zen; bar de playa; terrazas con quinchos climatizados; y un circuito de sendas aeróbicas. A ello se suma un sector comercial exterior que brindará servicios esenciales como supermercado, lavandería, cafetería y otros locales de conveniencia, generando autonomía y practicidad para la comunidad. Un detalle no menor: toda la circulación vehicular dentro del condominio es subterránea. Esta decisión proyectual garantiza la seguridad para niños, peatones y mascotas, y contribuye a reforzar el ambiente de tranquilidad que define al proyecto. Las unidades de Torre Faro contarán con terminaciones de primera calidad, incluyendo aberturas con doble vidrio aislante (acústico y térmico), cocinas equipadas y materiales seleccionados bajo estándares internacionales. Marena es desarrollado por EYDISA, una firma de sólida trayectoria y amplio reconocimiento en el mercado inmobiliario local. Presente en Paraguay desde el año 2012, EYDISA ha desarrollado numerosos emprendimientos residenciales y corporativos en ciudades como Asunción, Altos, Pedro Juan Caballero y Hernandarias. Su experiencia como desarrollador inmobiliario le ha valido importantes distinciones, como el premio Top Marcas de la Construcción. La compañía cuenta con un know-how especializado en la implementación de proyectos con tecnología Crystal Lagoon® y un equipo de profesionales radicado estratégicamente en el eje corporativo de Asunción, a tan solo tres kilómetros del predio donde se construye Marena . La construcción estará a cargo de CCI Proyecta y Construye, una empresa con una extensa trayectoria y alto prestigio en el rubro, responsable de obras emblemáticas en Paraguay, especialmente en la capital. En un contexto donde los grandes desarrollos muchas veces quedan reservados a segmentos de alto poder adquisitivo, Torre Faro representa una excepción estratégica: un modelo pensado para incluir, sin sacrificar calidad ni visión de largo plazo. La fórmula que propone —con una cuota fija, sin intereses, y una ubicación privilegiada dentro de un entorno urbano que incorpora naturaleza, infraestructura y seguridad— no solo responde a una necesidad concreta del mercado, sino que anticipa una tendencia. Cada vez más, los proyectos exitosos serán aquellos que sepan combinar accesibilidad con propuesta de valor, y que logren transformar la vivienda en una experiencia de vida. En ese camino, Marena se posiciona como uno de los referentes del nuevo paradigma residencial en Paraguay, y Faro, como su puerta de entrada más inteligente. Si desea más información sobre Torre Faro en Marena, complete el siguiente formulario:

  • Palmanova Center: Un Ícono Arquitectónico que Redefine la Lógica de Ciudad en Asunción

    Con más de 210.000 m² de construcción, cuatro torres, un centro comercial y un diseño premiado internacionalmente, Palmanova Center se consolida como el nuevo referente urbano y arquitectónico de Asunción. En la noche de ayer, en un encuentro realizado en Talleyrand Costanera, se presentó oficialmente Palmanova Center, un proyecto de gran escala que aspira a convertirse en una de las piezas estructurantes del nuevo Asunción metropolitano. Con una implantación estratégica sobre la Avenida Primer Presidente, el complejo fue concebido como una unidad urbana integrada, de usos mixtos, que incorpora residencias, oficinas, espacios comerciales, infraestructura hotelera y una propuesta de bienestar, articulados en más de 210.000 metros cuadrados de construcción. Palmanova Center se erige precisamente sobre la Avenida Primer Presidente, uno de los nuevos ejes de crecimiento de la capital. Se trata de un desarrollo de usos mixtos que contempla dos torres residenciales, dos torres corporativas, un mall premium de cinco niveles, el rooftop más alto de la ciudad y la propuesta de wellness más completa del país, todo ello concebido dentro de un entorno sostenible, conectado y proyectado para articular de forma coherente las funciones de habitar, trabajar y convivir en un mismo espacio urbano. Iván Grillon (Katuete S.R.L.), Martin Jasper (arquitecto del proyecto), Lic. Adrián Soria Pedrozo (director general) e Ing. Enmanuel Brítez Rettori (gerente general), durante la presentación oficial de Palmanova Center. "Palmanova Center no es solo un proyecto, es una nueva manera de pensar y vivir la ciudad. Un punto de inflexión en el modelo urbano de Asunción", expresó Adrian Soria, director general de Katuete SRL La elección del proyecto no responde únicamente a criterios de disponibilidad territorial, sino a una lógica de centralidad funcional. Primer Presidente se ha transformado en uno de los corredores más dinámicos de la capital paraguaya, con conectividad directa al puente Héroes del Chaco —principal ingreso del turismo comercial al país—, y proximidad tanto al eje corporativo como al aeropuerto internacional. La presencia de veredas continuas, vegetación consolidada y un tejido urbano aún en transición convierten a esta zona en una oportunidad concreta para el desarrollo de una nueva centralidad urbana. Las dos torres residenciales de Palmanova Center, de 40 y 37 niveles respectivamente, ofrecen más de 400 unidades habitacionales en tipologías de uno, dos y tres dormitorios, incluyendo penthouses. Todas las unidades están diseñadas con balcones amplios que incorporan parrilleros, generando espacios exteriores funcionales y de uso diario. La disposición general privilegia la iluminación natural y la ventilación cruzada, en línea con los estándares de eficiencia ambiental del proyecto. Uno de los aspectos diferenciales de la propuesta es el tratamiento de las envolventes. Las torres incorporan sistemas de doble vidrio hermético (DVH) y aluminio compuesto (ACM) con capacidad de reflexión solar del 40%, lo que permite reducir en igual proporción el consumo energético respecto a una torre convencional. A esto se suma la inclusión de jardines verticales, canteros perimetrales y vegetación integrada a los balcones, no solo como elemento estético, sino como estrategia de mitigación térmica. El área de amenities incluye un gimnasio de más de 250 metros cuadrados, salas de coworking, quinchos cerrados, saunas, salas de juegos y un rooftop distribuido en los últimos tres niveles, que incorpora piscinas escalonadas tipo infinity, con vistas abiertas sobre la ciudad. Se trata de una propuesta residencial orientada a quienes priorizan calidad arquitectónica, ubicación estratégica y una experiencia urbana completa. En esta primera etapa de preventa, las unidades residenciales están disponibles a un precio de lanzamiento desde USD 2.000 por metro cuadrado, con una valorización estimada del 10% anual proyectada hasta 2030. El proyecto ofrece la posibilidad de financiar la compra en hasta 60 meses, con un pago inicial del 30%. Para quienes opten por la adquisición al contado, se dispone de una póliza de caución que garantiza el cien por ciento del capital invertido, junto con incentivos adicionales en unidades seleccionadas. El componente corporativo de Palmanova Center está constituido por dos torres de 36 y 33 niveles, concebidas para empresas que requieren infraestructura de alta calidad en una ubicación conectada y emergente. Las plantas completas tendrán superficies que varían entre 800 y 1.200 metros cuadrados, mientras que las medias plantas se ofrecerán en configuraciones de entre 400 y 600 metros cuadrados. La venta será en obra gris, permitiendo a los adquirentes adaptar los espacios a las necesidades de sus locatarios. El programa corporativo se complementa con infraestructura adicional orientada al uso profesional: una sala de convenciones con capacidad para 1.500 personas, pensada para albergar congresos, expos y eventos empresariales de escala regional, y un hotel ejecutivo de tres niveles integrado a una de las torres, destinado a ejecutivos que visitan Asunción por motivos laborales. También se contempla la apertura de restaurantes exclusivos para los usuarios del área de oficinas, ubicados en el cuarto nivel del basamento. El zócalo comercial de Palmanova Center es, tanto física como programáticamente, el núcleo articulador del proyecto. Distribuido en cinco niveles, con más de 55.000 metros cuadrados de superficie, el centro comercial fue concebido como un híbrido entre mall cerrado y paseo abierto, con un parque lineal central que lo atraviesa de contrafrente a frente y conecta las distintas entradas peatonales. La circulación interior fue diseñada para generar una experiencia continua, con puentes, pasajes y espacios abiertos que redefinen el vínculo entre espacio público y comercio. La propuesta incluirá más de noventa locales comerciales, un supermercado, oferta gastronómica diversa y espacios de encuentro. En términos operativos, el centro comercial funcionará exclusivamente bajo régimen de alquiler, y el desarrollador ha anunciado que a partir de esta semana se recibirán cartas de intención de operadores interesados. Este basamento no se limita a un rol funcional, sino que cumple también un papel estructural y simbólico: es la base física de las torres y el punto de encuentro entre quienes habitan, trabajan o visitan el complejo. Al abrirse al entorno con accesos múltiples y continuidad peatonal, el mall se presenta como un espacio integrador que busca dialogar con el tejido urbano circundante y aportar vitalidad a la zona. El diseño de Palmanova Center ha sido recientemente galardonado con dos premios Gold Winner en los International Architecture & Design Awards (IADA), organizados por Architecture & Design Community. El proyecto fue distinguido en las categorías High Rise & Skyscraper Architecture Concept y Mixed-Use Development Design Concept, sobresaliendo entre más de 500 propuestas de 40 países. Según explicó el arquitecto Martin Jasper, director de Jasper Architects, la propuesta parte de una lectura precisa del entorno urbano. La base del proyecto está organizada como un zócalo público con circulación abierta, que funciona como una “cañada urbana” y permite el recorrido fluido entre locales comerciales, cafés, puentes peatonales y espacios verdes. Las cuatro torres emergen de este basamento a partir de prismas escalonados diseñados para maximizar el ingreso de luz y asegurar vistas abiertas hacia los cuatro puntos cardinales. Las torres están diseñadas con la misma lógica de sostenibilidad que caracteriza al resto del conjunto, incorporando fachadas de alta eficiencia térmica y visual, además de vegetación integrada como recurso de control climático y privacidad. La orientación y geometría de las plantas evita enfrentamientos directos entre fachadas, favoreciendo vistas abiertas en distintas direcciones y asegurando buena calidad lumínica en todos los niveles. Este enfoque de eficiencia ha llevado a que el proyecto cuente ya con preaprobación para la certificación LEED, en reconocimiento a su compromiso con la sostenibilidad y el diseño consciente. La ejecución del proyecto será simultánea en todas sus etapas, sin segmentación en fases parciales. Esto permitirá entregar el conjunto completo de manera coordinada y funcional para diciembre de 2030. El inicio de las obras gruesas está previsto para fines de este año, en continuidad con las tareas preliminares ya iniciadas. Esta metodología responde a la necesidad de garantizar coherencia entre los distintos componentes del desarrollo y asegurar una experiencia urbana consolidada desde el primer día de operación. El proyecto es desarrollado por Katuete S.R.L., una empresa familiar paraguaya con más de veinticinco años de trayectoria en el sector de la construcción. Fundada en 1998, la firma inició su recorrido ejecutando obras estatales, dúplex y proyectos personalizados, consolidando una reputación basada en el cumplimiento de plazos y estándares de calidad. Con el tiempo, Katuete dio un paso firme hacia el desarrollo de edificios de altura, posicionándose como un actor relevante dentro del mercado inmobiliario del país. Actualmente, cuenta con más de 50.000 metros cuadrados de construcción vertical distribuidos en proyectos como Palmanova Las Mercedes, Palmanova Villa Morra y Palmanova Pacheco. La empresa está liderada por el Lic. Adrián Soria Pedrozo, en la dirección general, y el Ing. Enmanuel Brítez Rettori, en la gerencia operativa, quienes han impulsado una estrategia orientada a integrar diseño arquitectónico, sostenibilidad y funcionalidad urbana como pilares del crecimiento empresarial. El diseño general estuvo a cargo de Jasper Architects, estudio con presencia en Berlín, Buenos Aires y Asunción, reconocido por su enfoque en proyectos de alta complejidad y coherencia tipológica. Su fundador y director, Martin Jasper, es arquitecto e ingeniero alemán, formado en la Universität der Künste de Berlín, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y el Politecnico di Milano, con estudios complementarios en pintura en la Accademia di Brera. Su obra se caracteriza por una mirada contemporánea, sensible al contexto urbano y al uso eficiente de los recursos, como puede observarse en proyectos destacados como UP! Berlin, una intervención de reconversión sobre un antiguo centro comercial del Berlín Oriental, transformado en edificio de uso mixto con enfoque sostenible. La construcción estará a cargo de Dumot Construcciones, empresa fundada por el Ing. Víctor Rubén Dumot, con una trayectoria de más de seis décadas en la ejecución de obras civiles, industriales y de infraestructura. Su experiencia abarca desde proyectos de gran escala hasta montajes especiales, consultorías técnicas y fiscalización de obra pública y privada. La firma opera con un plantel estable de profesionales y técnicos especializados, así como con equipamiento y maquinaria propios, lo que le permite asumir de manera eficiente obras de diversa complejidad. La combinación entre experiencia acumulada, capacidad operativa y enfoque en la innovación coloca a Dumot como uno de los referentes técnicos más sólidos del sector constructivo en Paraguay. Palmanova Center no es solo una obra de gran envergadura, sino una manifestación concreta de hacia dónde puede evolucionar la planificación urbana en Paraguay cuando convergen visión estratégica, diseño riguroso y compromiso con el entorno. Su escala, si bien ambiciosa, se asienta sobre una lógica funcional clara: consolidar una nueva centralidad en una zona con potencial urbano real, conectada, accesible y en expansión. Para recibir más información sobre Palmanova Center, complete el siguiente formulario:

  • El Banco Sudameris Presenta Sudameris Plaza: El Primer Proyecto de Foster + Partners en Paraguay

    Con 188 metros de altura y diseño de Foster + Partners, Sudameris Plaza redefine el skyline de Asunción y establece un nuevo estándar para la arquitectura corporativa y el espacio público en Paraguay. En un anuncio que marca un punto de inflexión para la arquitectura y el desarrollo urbano del Paraguay, el Banco Sudameris presentó hoy Sudameris Plaza, su futura sede corporativa en Asunción. Concebido por el prestigioso estudio internacional Foster + Partners, fundado por el arquitecto Norman Foster, y elegido mediante un concurso internacional de arquitectura, el proyecto se perfila como el próximo hito urbano de Asunción: 188 metros de altura, 39 pisos, más de 100.000 metros cuadrados construidos y una propuesta integral que articula sostenibilidad, centralidad y diseño de vanguardia. Ubicado en una de las esquinas más emblemáticas de la capital —la intersección entre Avenida Mariscal López y Avenida República Argentina—, Sudameris Plaza se implanta en el corazón del eje financiero y residencial de la ciudad, con la clara intención de consolidar una nueva centralidad urbana. El edificio, de forma distintiva y estructura de hormigón expuesto, será inmediatamente reconocible dentro del skyline asunceno, no solo por su escala monumental, sino también por su lenguaje arquitectónico sobrio y elegante, pensado para perdurar en el tiempo como símbolo de institucionalidad y modernidad. Uno de los elementos más innovadores del diseño es el tratamiento de su base urbana. El edificio se retira de la línea de calle y presenta un lobby de doble altura, que funciona como espacio de transición entre el dominio público y la torre. Este lobby da paso a una vereda cubierta que rodea todo el perímetro del edificio, conectando directamente con un gran jardín público central, concebido como pulmón verde del proyecto y articulador del entorno inmediato. Este espacio será flanqueado por una serie de locales comerciales de baja altura, cafés y edificios culturales, diseñados no solo para ofrecer servicios, sino para activar el plano urbano, atraer peatones y establecer una relación fluida entre el desarrollo y la ciudad. Además, todos los árboles actualmente presentes en el terreno serán preservados o reubicados dentro de la misma manzana, como parte de una estrategia paisajística que apuesta por un entorno frondoso, sombreado y acogedor, accesible para toda la comunidad. La torre en sí misma refleja una lógica metropolitana de usos mixtos. Sudameris ocupará los seis primeros niveles y los dos pisos más altos, consolidando su presencia institucional tanto a nivel operativo como simbólico. Los niveles intermedios estarán destinados a oficinas corporativas en alquiler, con plantas tipo de 1.200 m² y, con plantas de gran profundidad, alcanzando los 12 metros en el lado norte, que permiten una gran flexibilidad para oficinas de planta libre y layouts personalizados. Algunos pisos tendrán alturas dobles e incluso triples, generando espacios que se conectan con terrazas verdes exteriores, diseñadas para funcionar como zonas de descanso, interacción social y reconexión con la naturaleza. Hacia el lado sur, los espacios colaborativos y de reuniones tendrán vistas abiertas al jardín público, creando una relación visual y funcional entre el trabajo interior y el paisaje urbano exterior, una constante del enfoque de Foster + Partners en cuanto a bienestar y conexión humana con el entorno. En los dos niveles más altos se ubicarán oficinas ejecutivas privadas, salas de directorio y una galería institucional de uso exclusivo, con acceso a terrazas panorámicas de gran escala desde las cuales se podrá contemplar Asunción en toda su extensión. Esta integración de vistas, vegetación, arquitectura e institucionalidad representa, según palabras del propio estudio, un esfuerzo por crear no solo un edificio icónico, sino un nuevo lugar urbano. “La elegancia contenida y la forma atemporal de la torre simbolizan la presencia duradera del banco en la región”, afirmó Niall Dempsey, socio principal de Foster + Partners. Por su parte, Juan Frigerio, también socio del estudio, agregó: “Trabajando de cerca con Sudameris, estamos creando un nuevo destino vibrante en la base de la torre, con espacios verdes y culturales que aportan valor público a esta ciudad en crecimiento”. Este valor no se limita a la estética o a la experiencia del usuario corporativo: se proyecta como una apuesta a largo plazo por una nueva forma de construir ciudad, en la que el capital privado, el diseño responsable y el espacio público conviven en equilibrio. Desde el punto de vista conceptual, Sudameris Plaza se apoya en tres pilares que guían todo el desarrollo: la sostenibilidad, expresada en sus jardines verticales, conservación del arbolado, terrazas verdes y eficiencia energética; la innovación, visible tanto en las soluciones constructivas como en la organización programática de los espacios; y la centralidad, no solo geográfica, sino también funcional, al ofrecer un nodo que combina oficinas, servicios, cultura, arte y espacio público en un mismo sistema integrado. Para David Summerfield, Head of Studio de Foster + Partners, el proyecto es más que una sede corporativa: “Estamos encantados de trabajar con Sudameris para crear un nuevo hito verde en la ciudad. La torre se eleva desde jardines verdes y sombreados, generando un destino vibrante con cafés, tiendas y espacios sociales inmersos en la naturaleza. La vegetación asciende por el edificio a través de sky gardens, mejorando el bienestar y generando nuevas conexiones con la naturaleza”. Foster + Partners es uno de los estudios más influyentes del mundo en materia de arquitectura sostenible, urbanismo e ingeniería integrada. Fundado en 1967 por Norman Foster en Londres, el estudio trabaja bajo una filosofía colaborativa que articula múltiples disciplinas —desde ingeniería estructural y ambiental hasta diseño urbano, paisajismo, interiores y tecnología— para dar forma a proyectos que integran visión, funcionalidad y compromiso con el entorno. Con este proyecto, Paraguay da un paso decisivo hacia una arquitectura que no solo mira al mundo, sino que se posiciona como protagonista en la conversación global sobre sostenibilidad, calidad urbana y visión a largo plazo. Sudameris Plaza será mucho más que un edificio: será un mensaje. Uno que afirma que es posible pensar en grande, diseñar con inteligencia y construir con sensibilidad, incluso en un mercado inmobiliario en transformación como el paraguayo.

  • Diseñado Para Vivir, Construido Para Durar: CREO Inmuebles Celebra 10 Años Reafirmando Su Filosofía de Desarrollo Residencial

    CREO Inmuebles consolida una filosofía basada en el diseño funcional, la calidad constructiva y el acompañamiento de las personas a lo largo de sus etapas de vida. Claudia Fadul y Mateo Fadul, directores de CREO Inmuebles. Con más de diez años de trayectoria desarrollando soluciones habitacionales en Asunción, CREO Inmuebles consolida su presencia en el mercado presentando formalmente sus dos principales líneas de productos: Ventura y Venire. Ambas responden a diferentes momentos y estilos de vida, pero comparten una misma premisa: diseñar viviendas funcionales, duraderas y cuidadosamente pensadas para acompañar el habitar cotidiano. En un entorno donde la oferta inmobiliaria se ha diversificado rápidamente y los estándares de calidad son cada vez más exigentes, la consistencia de CREO se ha convertido en uno de sus principales atributos. No se trata solamente de construir, sino de proyectar espacios que, desde su concepción, contemplen una arquitectura eficiente, una selección criteriosa de materiales y un diseño que resista el paso del tiempo. Ventura Ycuá Satí, proyecto residencial en desarrollo. Desde sus inicios, CREO Inmuebles ha asumido un enfoque integral: desarrollar, construir y gestionar proyectos residenciales que aporten valor real a quienes los habitan. Esto implica trabajar con una clara vocación de permanencia, considerando no solo la estética o la ubicación, sino la calidad constructiva, la adaptabilidad de las plantas y la experiencia general del usuario. Este enfoque se traduce en más de 320 unidades habitacionales entregadas, con cinco edificios finalizados y tres en desarrollo activo, todos ubicados en zonas estratégicas de la capital. Los proyectos de CREO privilegian una arquitectura sobria y funcional, con atención al detalle, distribución inteligente y soluciones habitacionales que priorizan la calidad de vida. Ventura Hassler, proyecto residencial en desarrollo en el barrio Mariscal Estigarribia Ventura, la línea más consolidada de la marca, está dirigida a quienes priorizan estabilidad, amplitud y una localización estratégica. Sus edificios, desarrollados en barrios como Carmelitas, Recoleta, Los Laureles y Ciudad Nueva, se distinguen por una estética contenida, materiales duraderos y una distribución racional de los espacios. Pensado para familias, profesionales independientes o personas que buscan una primera inversión con proyección, Ventura se apoya en una arquitectura que no busca llamar la atención por sí sola, sino acompañar el tiempo con sobriedad. La aceptación sostenida de esta línea en el mercado responde tanto a su calidad constructiva como a su capacidad de adaptarse a las necesidades reales del usuario final. Venire, en cambio, representa una propuesta más contemporánea, orientada a un público joven, urbano y estéticamente exigente. El primer desarrollo de esta línea, Venire Lomas , ubicado a metros del Shopping del Sol, propone un lenguaje arquitectónico distinto, con formas orgánicas, paletas suaves y una marcada identidad visual, que le otorgan carácter sin estridencias. Venire Lomas, en etapa final de obra y próxima a su entrega. Con 36 unidades distribuidas en siete niveles, Venire Lomas se destaca por sus espacios luminosos, interiores cuidados y una distribución que privilegia tanto la privacidad como la amplitud. El proyecto incorpora un patio interior ajardinado en planta baja, que introduce naturaleza en el centro del edificio, y una terraza con amenities como piscina infinita, gimnasio y quinchos, que completan la propuesta con servicios que dialogan con el estilo de vida contemporáneo. El edificio cuenta además con cocheras preparadas para autos eléctricos, integrando criterios de sustentabilidad en su concepción. Si bien Ventura y Venire responden a diferentes perfiles, ambas líneas comparten una misma filosofía de base: construir viviendas que acompañen a las personas a lo largo del tiempo. Como explica Víctor Torras, Gerente General de CREO Inmuebles, “cada línea responde a distintas etapas y preferencias, pero ambas nacen desde una misma filosofía: ofrecer hogares que acompañen la evolución de nuestros clientes, con calidad, diseño y compromiso”. Este compromiso se expresa no solo en la materialidad de las obras, sino también en la manera en que CREO se vincula con el entorno urbano, con una clara vocación de permanencia, atención al detalle y una planificación que busca equilibrar eficiencia, estética y habitabilidad. El aniversario número diez encuentra a CREO Inmuebles en un momento de consolidación y madurez institucional. Con una estructura operativa que integra el desarrollo, la ejecución y la comercialización de sus proyectos, la empresa se posiciona como un actor confiable dentro del sector residencial de Asunción. En un mercado donde muchas veces prevalece la lógica de la inmediatez, CREO apuesta por una arquitectura que permanezca, por procesos constructivos sólidos y por una propuesta habitacional que acompañe el crecimiento de la ciudad sin perder escala humana. Ubicación geográfica de los desarrollos de Creo Inmuebles en la ciudad de Asunción. En definitiva, sus primeros diez años no solo marcan una trayectoria, sino también una visión: seguir construyendo viviendas con sentido, responsabilidad y diseño, donde cada detalle esté al servicio de quienes las habitan.

  • Paraguay Lidera el Crecimiento del Turismo Mundial: Oportunidades para el Mercado Inmobiliario

    Paraguay lidera el crecimiento turístico global en el primer trimestre de 2025, abriendo nuevas oportunidades para el mercado inmobiliario y el desarrollo de infraestructura. En un contexto global de recuperación y reconfiguración de flujos turísticos, Paraguay emerge como una de las sorpresas más notables del primer trimestre de 2025. Según los últimos datos publicados por UN Tourism, el país lidera el ranking mundial de crecimiento en llegadas de turistas internacionales, con un aumento interanual del 53% respecto al mismo período de 2024. El dato no solo posiciona a Paraguay por encima de destinos tradicionalmente consolidados como Brasil, Chile o Japón, sino que también marca un quiebre significativo respecto a sus propias tendencias históricas de recepción turística. Este crecimiento no es anecdótico ni marginal. En los primeros tres meses del año, Paraguay experimentó un desempeño turístico que superó ampliamente las previsiones del sector. La curva ascendente de llegadas —visible en el gráfico comparativo de la UN Tourism— muestra cómo el país no solo recuperó el terreno perdido durante la pandemia, sino que está abriendo una nueva etapa de posicionamiento en el mapa turístico regional. A diferencia de otras economías de la región que venían con bases más sólidas y estrategias ya consolidadas, el caso paraguayo se destaca por el efecto acumulado de varios factores que, en conjunto, han creado un escenario favorable para el crecimiento turístico. Detrás del boom se entrelazan diversos elementos coyunturales y estructurales. Por un lado, se observa una mejora significativa en la conectividad aérea regional, con nuevas rutas y frecuencias que han facilitado la llegada de visitantes desde países vecinos y otros mercados en expansión. Las aerolíneas de bajo costo y los acuerdos bilaterales han jugado un rol clave. A esto se suman eventos internacionales —deportivos, culturales y corporativos— que han atraído flujos de visitantes en los primeros meses del año, así como campañas de promoción turística más agresivas por parte del gobierno y actores privados, con presencia en ferias internacionales y acciones de marketing digital que han logrado visibilidad inédita para el país. En el plano de los atractivos, Paraguay ha capitalizado su perfil de destino de naturaleza y cultura, con circuitos como las Misiones Jesuíticas, el Pantanal paraguayo, el Chaco y el ecosistema en torno a Itaipú. Estos destinos, aún poco masificados, se ajustan perfectamente a la demanda actual de turistas que priorizan la autenticidad, la sostenibilidad y las experiencias inmersivas. Otro aspecto no menor es el tipo de cambio competitivo, que convierte a Paraguay en un destino accesible en comparación con sus vecinos. Esto ha favorecido particularmente al turismo de compras, salud y bienestar, que encuentra en ciudades como Ciudad del Este, Encarnación y Asunción una oferta de servicios con buena relación precio-calidad. Por último, el país goza de una imagen de mayor seguridad y estabilidad política en el contexto regional, lo cual se traduce en una ventaja comparativa frente a competidores donde las convulsiones internas afectan la percepción externa. Este crecimiento turístico tiene implicancias directas y profundas para el mercado inmobiliario local, tanto en el segmento residencial como en el comercial y hotelero. Uno de los efectos más inmediatos se da en el mercado de alquiler temporal, que experimenta una creciente demanda en plataformas como Airbnb y Booking. Zonas como recoleta y el eje corporativo de Asunción, el eje Encarnación–Jesús–Trinidad, el área de Ciudad del Este y Saltos del Guairá, y San Bernardino–Altos–Areguá están viendo un auge sostenido en la ocupación y valorización de propiedades orientadas al alquiler turístico. Esto a su vez impulsa una nueva ola de inversiones inmobiliarias con lógica híbrida, donde el perfil del comprador ya no es exclusivamente un usuario final, sino un pequeño o mediano inversor, muchas veces extranjero o expatriado, que ve en Paraguay un mercado incipiente con buena rentabilidad. Otro segmento en expansión es el de infraestructura hotelera y comercial. A medida que crece la llegada de visitantes, crece también la demanda por alojamientos diferenciados: hoteles boutique, residencias operadas, glampings, eco-lodges y hostales de diseño aparecen como nichos aún poco explorados. Esto abre oportunidades para desarrolladores con visión de mediano plazo que puedan integrar arquitectura, hospitalidad y sostenibilidad en un solo producto. Además, el incremento de turistas internacionales genera también una mayor necesidad de servicios complementarios, como locales gastronómicos, centros culturales, espacios de coworking y galerías de arte, todo lo cual retroalimenta la revitalización urbana en ciudades intermedias. El segundo gráfico publicado por UN Tourism, que muestra las llegadas internacionales a Paraguay en miles, ilustra con claridad cómo el crecimiento registrado en este primer trimestre de 2025 no solo supera el mismo período del año anterior, sino también las cifras de 2019, antes de la pandemia. Mientras muchos países aún luchan por recuperar sus niveles prepandémicos, Paraguay ya los dejó atrás. Este cambio de curva sugiere que lo que estamos viendo no es un simple rebote coyuntural, sino una reconfiguración estructural de la industria turística nacional, con efectos derrame que alcanzan de lleno al mercado inmobiliario. Si este ritmo se sostiene, Paraguay podría consolidarse en los próximos años como un destino emergente de referencia en Sudamérica. Pero para capitalizar esta ventana de oportunidad, será clave alinear políticas públicas, inversión privada y visión estratégica. El sector inmobiliario, por su parte, tiene un rol central: no solo como receptor de capital turístico, sino como generador de infraestructura, calidad urbana y experiencias que den soporte a esta nueva etapa. Como ha ocurrido en otras geografías donde el turismo detonó transformaciones urbanas profundas —desde Medellín hasta Tulum—, el desafío será crecer sin perder identidad, y desarrollar sin saturar.

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